Más allá del hecho de que los hijos se parezcan o no a sus padres no biológicos, está el hecho de que la relación que los une es aún más fuerte a pesar del niño (a) saber o no que son adoptados.
Al decidir adoptar se hace un voto de confianza con la vida, con el cual aceptamos de antemano las sorpresas que nos traiga el destino, aceptamos su pasado y los deseamos en nuestro futuro con los brazos abiertos.
Lastima que yo viva en Venezuela y no posea los ingresos suficientes para adoptar porque ya tengo una hija biológica y, tanto ella como yo, estamos abiertas a darle un hogar a un huérfano (a)... porque... ¿para que estar pariendo como acures si hay tantos niños en el mundo sin un hogar?
Que bueno tu comentario pues si esa decision es un coompromiso de amor que se hace, que bonita tu labor y lo que has inculcado a tu hija. Saludos