Gire y mire al sol
Le observaba en un pasillo siempre,
su pelo rubio y voluminoso divertía a los aires,
el andar enérgico resaltaba entre la gente,
artistas ansiosos por plasma ese arte.
Dime dónde estás animal fragante,
el alma te acogió con delicadeza,
para perpetuar el perfume confortante,
hallabas amor en tantas flaquezas.
Quise tomar la alegría suya junto a la mía,
Jamás creí ser capaz de querer eternamente,
sabía el momento compartido breve y sin tiranías,
pero aún así la sinceridad propia escapó claramente.
Dime dónde estás animal fragante,
el alma te acogió con delicadeza,
para perpetuar el perfume confortante,
hallabas amor en tantas flaquezas.
El instante de la verdad arribó con un fuerte golpe,
resistía dejar libre el querer de la hermosa amistad,
debía volver a su jardín y no podía impedirle goce,
la sinfonía de las flores aguardaban la gran mitad.
Dime dónde estás animal fragante,
el alma te acogió con delicadeza,
para perpetuar el perfume confortante,
hallabas amor en tantas flaquezas.
Decisivamente giró a completar las piezas,
tanto de su cálido hogar como mi ser tormentoso,
pero ya el espíritu no encajaba con la vida y sus sutilezas,
los atardeceres son diferentes pues en ellos brillan sus ojos.