Fue por lana y salió traquilado.

En tiempos pasados, en un pueblo llamado Guasipati, todas las noches, los jóvenes se reunían a escuchar los "famosos" cuentos de doña Lola entre ellos se encontraban sus hijos Judith y Fabian acompañados por sus amigos Tania y Luis.

Tania se acerca a Fabian y le dice: "vamos a jugarle una broma a doña Lola". Este la apoya y le dicen a Luis para que se disfrace de la llorona.

Tania tenía una peluca, una bata blanca larga y unas cadenas, así que todos se ponen de acuerdo en verse en la casa de Tania a las once y media de la noche.

Judith y Luis llegan a la casa de Tania a la hora acordada, visten a Luis con el vestido blanco y le ponen la peluca, a cinco para las doce de la noche, Luis sale corriendo por las calles del pueblo gritando; "mi hijo, donde está mi hijo­" al mismo tiempo que sonaba las cadenas.

Al día siguiente las personas del pueblo y doña Lola no hacían más que comentar lo sucedido, el pueblo había entrado en pánico, unos decían que la habían visto pasar de lejos otros que solo la habían escuchado y no se atrevieron a asomarse por miedo. Así sucedió durante varias noches, los vecinos decían; "hay que traer al cura para que saque a esa alma desesperada del pueblo", toda esta situación les causaba gracia a los hijos de Lola y a sus amigos, estos no pensaban que su broma iba a llegar tan lejos.

Lola que era una mujer muy suspicaz comenzó a sospechar que algo raro estaba pasando, que alguien quería jugar una broma.

Esa noche doña Lola se escondió detrás de su ventana y espero hasta que vio a Luis entrar a casa de Tania y pensó que era extraño que Luis entrara a casa de Tania a esa hora de la noche, se quedó esperando hasta Luis se fuera y para su sorpresa, lo vio salir disfrazado y correr por las calles del pueblo a las doce de la noche, decidió darle un susto, salió persiguiendo a Luis con su machete por las calles y Luis asustado le decía; "Doña Lola soy yo, Luis. No me haga nada. Esa noche quien paso el susto fue Luis.

Al día siguiente todos en el pueblo al enterarse, se reían de las bromas de Luis y le decían; "fuiste por lana y saliste traquilado".