Las dos caras de la moneda emocional
Hoy he pensado mucho en cómo los demás pueden influenciar en nosotros y que el grado de influencia dependerá de nuestra estabilidad emocional y mental en general.
Me explico, una persona inestable es más propensa a "caer en las garras" de un individuo manipulador. Hay mayores probabilidades que le imite, que se convierta en su sombra.
Quiere copiarle en todo o en el peor de los casos, hacer todo lo que le dicen. Porque su inestabilidad no le permite razonar, pensar por sí mismo. Lo hace a través de los esquemas del otro.
Ve el mundo como si fuese el otro.
Pierde su esencia.
Y todo por su inestabilidad, por no haber tenido la fortaleza, la autoestima y las herramientas para hacer fuerza ante la manipulación, ante el otro y su deseo de dominar, de imponer.
También hay situaciones donde gran parte del proceso es consciente. Se imita al otro porque se desea hacerlo. Porque hay una percepción de que el otro es mejor y para yo ser mejor, tengo que ser como él.
Pasa incluso en la familia, entre hermanos o con quienes se tengan vínculos afectivos significativos. Cuando el otro es [desde la propia perspectiva] más arriesgado, más inteligente, más divertido, más atractivo, más social.
Ahí hay un problema que induce el deseo de parecerse al otro: una autoestima baja, pasiva, deteriorada.
Y ciertamente, la autoestima alcanza ese punto debido a la inestabilidad emocional y mental.
Así mismo, hay quienes se aprovechan de ellos para hacer de las suyas. Para el inestable emocionalmente es difícil -por no decir que es casi imposible- ser objetivo en/con una situación que incluye a una figura de apego. Porque no lo ven malo, no lo consideran capaz de infringir daño.
En cambio, cuando se es capaz de ver las acciones de un sujeto más allá de la subjetividad que implica el vínculo, una persona puede discernir, decidir qué está bien, qué no, qué ideas comparte y cuáles no.
Qué sugerencias aceptar, cuáles no. Qué órdenes seguir, cuáles no. Cuándo dar un alto a la conducta de otro para con nosotros y así.
Todo está relacionado.
La mente humana es sorprendente.
Ahora, el otro lado de la moneda.
Una persona estable, reconoce lo que le gusta y lo que no, sus límites, sus fortalezas, sus deseos, sus debilidades. De ahí que por ejemplo no se drogue porque se conoce, y reconoce que es propenso a la adicción. Una persona estable, diferencia el bien y el mal, no se estanca en lo que no le aporta nada. Y un largo etcétera en el que no me voy a enfrascar.
El estable reconoce a un manipulador. El estable no se deja. Porque sabe que no le conviene y lo que una persona así puede hacerle si se lo permite. (Aunque hay manipuladores tan buenos, que gradualmente, convierten al estable emocional en un ser inestable, indefenso; manipulable).
La cosa es, que todo está en nuestra mente, y depende de ella, lo que captamos, cómo lo sentimos, cómo lo analizamos, cómo lo respondemos... Cómo lo recordamos.
El estable, razona. El inestable, tiende a ser impulsivo y poco razonable. De ahí que no reconozca las actitudes perjudiciales de otro, que no detecte las amenazas y las deje entrar en su vida y su mente.
También algo importante es que cuando a las emociones y sentimientos les sigue una acción, no incluyen el razonamiento lógico, la conciencia, el análisis. Es un acto impulsivo. Que puede ser perjudicial. El no analizar la conducta dudosa del otro, el dejar que nos manipule a su antojo, por poner un ejemplo.
Inestabilidad por todas partes. Inestabilidad que nos hace vulnerables. Que más temprano que tarde va a afectarnos de tal manera, que no seremos consciente de que se está atrapado.
De ahí la importancia de identificar la inestabilidad, los problemas relacionados, así sea uno. Y de consultar a un especialista. Que conceda herramientas. Para, poco a poco, encontrar la estabilidad. La seguridad. La posibilidad de ser y sentirse único.
Hablo de esto porque estoy en un punto donde conocer la realidad de otras personas me sorprende. Historias que a la vez están tan cerca de ti. Personas que viven una vida tan diferente a la propia... Cada ser humano es un universo, sin duda.
Cada paciente es una caja de sorpresas. O una caja de Pandora, en realidad. Llena de sentimientos, experiencias. Que se han ido acumulando, o que no han sido canalizados y ya el estar encerrados no basta, andan causando problemas.
Me asombra muchísimo. Es increíble descubrir el universo de otros. Ayudarlos a ordenarlo. A sentirse en paz allí.
Gracias por llegar hasta aquí, gracias por leer(me).
La inestabilidad a mi parecer está relacionada con la inseguridad que tiene un persona consigo mismo. Y esto lo proyecta al exterior. Muy reflexivo tu post me gustó.
A mí parecer están relacionadas y tan vinculadas la una a la otra en una relación de causa-efecto que es difícil averiguar cuál originó a cual.
Y sí, sin duda. Si te pones a ver, todo lo que sucede en nuestro interior se proyecta tarde o temprano hacia el exterior.
Me alegra que te gustara, gracias por leerme. Feliz noche.
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