Es muy parecido a lo que se intuye de los dibujos animados Hora de aventuras, donde la legendaria "Gran Guerra de los Champiñones" que sucedió 1000 años antes sería en realidad un holocausto nuclear al que solo sobrevivieron el Rey Hielo y la vampira Marcelline.
Aunque no sé si me daría más miedo que se trasmitiese en esta segunda entrega del videojuego la idea de una explotación colonial de los pikmin. No la he jugado así que no podría asegurarlo, pero en la primera se trataba de un accidente y aquí, sin embargo, sería la codicia por conseguir esos objetos valiosos con los que enriquecerse, con la "ayuda" de los nativos.