Emprender en Venezuela, la odisea. Un poco de mi historia. Dedicado a todos mis hermanos venezolanos.
Creo en el movimiento emprendedor, creo en el libre mercado, creo en la capacidad del ser humano de construir, hacer y alcanzar prácticamente cualquier cosa que nos propongamos, y tal es mi creencia que me mantengo emprendiendo desde antes de graduarme en la universidad.
Quizá como empresario no he crecido lo suficiente por mantenerme dentro de esa zona de confort que no te deja en muchos casos avanzar (mea culpa), sin embargo, he tenido mis logros, he alcanzado muchos de los objetivos que me he propuesto y sí, he caído muchísimas veces, pero al caer me sacudo la tierrita, me echo alcohol en los raspones, aprendo donde fallé y continúo adelante con más impulso.
Nadie me dijo que emprender y mantenerme en mi propio negocio sería sencillo, al contrario, muy pocas personas me apoyaron cuando decidí ser mi propio jefe, la única persona que siempre me apoyó fue mi papá aunque una que otra vez cuando veía que estaba “más limpio que talón de lavandera” me preguntaba que por qué no buscaba un trabajo mientras la cosa mejoraba. El asunto es que esa era la recomendación de muchas personas: “búscate un trabajito”, “te hace falta ganar experiencia”, “mira a tu primo Fulanito que tiene quince y ultimo y además los tickets de alimentación” (lo que ellos no saben es que Fulanito constantemente me busca para algún “tigrito” porque no le alcanza el dinero y necesita algún negocio para completar el mes).
La cosa es que Yo soy mi propio negocio, así me considero, soy dibujante desde antes de graduarme e Ingeniero Proyectista después de graduado, actualmente tengo una empresa de diseño de proyectos de ingeniería y aparte de eso he estado involucrado en algunos proyectos webs y editoriales. La cosa es que la situación no es fácil y eso lo sabemos bien, la burocracia reinante hace que un simple papel te complique la existencia al punto de querer tirar la toalla, es difícil imaginar cómo los encargados de administrar al Estado son incapaces de coordinar las cosas para que todo funcione, primero a nivel de trámites, registros, tributos, seguro social, inces, vivienda, registros de contratistas, alcaldías, gobernación, permisologías, bomberos, solvencias.
Cuando ves la cantidad de trámites y los costos asociados a mantener un negocio formal en Venezuela entiendes que la destrucción del país es algo premeditado fría y calculadamente por quienes nos gobiernan, no hay que ser un genio para entender que ellos y sus seguidores solo buscan el quiebre de la República para poder instaurar el comunismo sin ninguna excusa. La construcción (mi principal área de acción) se ha vuelto casi insostenible, cuando un simple bombillo te cuesta dos veces el sueldo mínimo, cuando los burócratas te aumentaron la tarifa de “los frescos”, cuando el cemento vale oro, muchos pequeños inversionistas han dejado de construir, muchas familias dejaron de soñar con una casa propia y por ende el negocio en el que me manejo dejó de ser rentable, la construcción en mi país quedó relegada a aquellos grandes constructores e inversionistas, se perdió el campo de trabajo de muchos ingenieros y arquitectos que lamentablemente ahorita están haciendo maromas para sobrevivir. Mi país no es el que fue, y pienso que nunca más lo será porque el cataclismo socialista destruyó las bases mentales de la abundancia de muchas personas. En ese sentido me vi obligado a cambiar de ramo y dedicarme de lleno a otras actividades, las circunstancias me obligaron a salir de la zona de confort, de la que debí haber salido hace mucho tiempo, así que aquí estoy, nuevamente emprendiendo y tratando de echar adelante un nuevo negocio que cuando (muy pronto) esté viento en popa les contaré de qué va. No tengo en planes seguir en el país en el mediano plazo, he luchado bastante y he dado mucho por él, pero mis razones más que económicas son personales (la seguridad por ejemplo, es una razón), pero soy terco.
Batman es mi superhéroe favorito, y la trilogía de Nolan tiene una increíble carga de frases de esas que te hacen sentir identificado, y referente a este tema hay un dialogo en particular que les quiero contar, Cuando la ciudad estaba a punto de ser destruida Catwoman le dice a Batman algo más o menos así: “sálvate, vámonos, ya no le debes nada a esta ciudad, ya le has dado todo” y Batman la mira y con una mirada sincera le responde “¡No todo!”.
Y bueno, la cosa es que en ese ataque de terquedad y sinceridad ando yo, pienso que no lo he dado todo aún, yo me iré, pero NO ME DA LA GANA de regalarle el país a los que lo destruyeron, a los resentidos sociales que prefieren tierra arrasada antes de reconocer sus catastróficos errores, yo seguiré, desde donde esté, invirtiendo en mi país, seguiré creando fuentes de empleo para aquellos que se quedan y esperando pacientemente a que la tormenta pase y mi país se vuelva a levantar, con sus heridas, con sus cicatrices, pero se va a levantar, porque eso va a pasar, no hoy, no mañana, pero va a pasar, porque todo pasa, porque nada es permanente, porque no hay mal que dure cien años, porque Venezuela va a volver a sonreír, porque Venezuela va a ser libre, porque mi gente va a volver a ser feliz.
¡Viva la sagrada Venezuela!, ¡Viva Venezuela libre!. Muchas gracias por leerme, bendiciones, vamos pa´lante 😀
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Me encanta como escribes!!!! Cada día lo haces mejor! No ha sido un camino fácil! Pero no todo está escrito!
Gracias amor, pues sip, no todo está escrito, y vendrán nuevos retos. Todo forma parte de una preparación, de un camino andado :)