El Medioevo, o Edad Media, es el periodo histórico ubicado entre la Antigüedad y la Modernidad, es decir, entre los siglos V y XV, respectivamente.

Link

En este contexto, cada periodo histórico ha estado mediado, condicionado, o regido, por una forma general de pensamiento, que orienta la mayoría de las manifestaciones del hombre en cada momento en particular. A ese elemento doctrinario y condicionante de las creencias y la conducta humana, y de las propias instituciones sociales, de cualquier ámbito, se le denominó paradigma.

Así, en el Medioevo el paradigma o base cultural que orientaba las actividades humanas fue, sin duda, la cosmovisión teocentrica que colocaba a Dios como el centro de todas la cosas, y la Tierra ,el lugar donde habitaba el hombre la mayor creación de Dios, no podía estar sino en el centro del Universo, donde el Sol y los demás planetas giraban alrededor de aquella.

Link

La concepción de la creación divina y un Universo con la Tierra como centro era, por supuesto, la tesis de la Iglesia que con rigor la defendía y aplicaba para orientar y tutelar la actividad del hombre quien de hacer lo contrario sería sometido y castigado por la máxima autoridad que la Iglesia representaba.

Link
Es así como la sociedad medieval fue una sociedad sometida bajo la Autoridad y el Tutelaje doctrinario de la Iglesia que bajo el convencimiento teocéntrico negaba al hombre cualquier posibilidad de indagar sobre la realidad a la que sólo debía contemplar de modo pasivo so pena de recibir el castigo pertinente por parte de la Iglesia puesto que cualquier rastro de incertidumbre, respecto a la naturaleza, era sinónimo de irrespeto a la Verdad Revelada que la palabra de la Iglesia representaba y nadie debía poner en duda.

En este orden de ideas, para alcanzar el conocimiento de la realidad bastaba con seguir las orientaciones y la leyes que ya "los grandes hombres" habrían descubierto como, por ejemplo, las leyes aristotélicas del movimiento que perdurarían por siglos hasta ser refutadas, y desplazadas, tras los valientes experimentos de Galileo Galilei en los inicios de la Modernidad, hace ya unos seis siglos.

En resumen, la cosmovisión medieval se caracterizó por su convicción teocentrica, por hacer de su afirmación de la Fe en Dios el elemento central en el ordenamiento del mundo y de la realidad. Así, las cosas son y ocupan su lugar en el mundo en relación y en referencia con Dios, de esta forma adquieren su valor y su sentido. La Autoridad de la Iglesia velará porque todo se oriente en función del teocentrismo y lo que ello implicaba.

Link