MIS LECCIONES A LOS 20
Mis lecciones de los 20
20 años, finalmente llegamos a la edad que tanto esperamos desde que comenzamos la adolescencia. La etapa en la que damos los primeros pasos a la independencia. Una época hermosa y llena de oportunidades, en la que vivimos muchos de nuestros mejores momentos. Sin embargo, para la mayoría de nosotros no todo es tan color de rosa, la realidad es que a los 20 comenzamos a tomar las decisiones más importantes de nuestras vidas y debemos enfrentarnos a situaciones que suelen llenarnos de confusión y frustración.
Excesos
Cuando tenemos 20 nos sentimos invencibles, solo queremos salir y comernos el mundo. Nos embriagamos hasta la inconsciencia, tenemos sexo sin control, y vamos de fiesta semanas enteras. Hacemos miles de locuras aferrados al famoso dicho de “solo se es joven una vez” sin darnos cuenta que entre tanto exceso perdemos nuestra esencia y comenzamos hacer cosas que no queremos, actuar como no somos, andar con personas que no nos agradan sólo para sentir que encajamos, que somos atrevidos, que somos arriesgados, pero debemos recordar que el momento de éxtasis dura muy poco y las consecuencias pueden durar toda la vida. Enfermedades, embarazos, sobredosis, son solo algunas de las cosas que pueden cortar de raíz esta hermosa etapa. Vive, divierte, aprende, disfruta, rodéate de personas que te dejen ser tú mismo, y haz que tu juventud esté llena de grandes momentos y no de arrepentimientos.
Ansiedad por independizarme
Recuerdo que cuando era niña, en mi inocencia me imaginaba a los 20 como una adulta totalmente independiente. Bueno, el tiempo pasó y no tengo trabajo, ni dinero y aún vivo con mis padres. Sé que como a mí, esta situación te puede causar mucho estrés porque ya te sientes grandecito como para pedir dinero a tus padres y por otra parte la universidad no te deja mucho tiempo para trabajar. O como a otros, tienes que mantenerte solo y el trabajo no te alcanza para pagar los estudios. Sientes que tu vida no está avanzando, pero tranquilo, no tienes que crecer de golpe. Nos han metido en la cabeza que a los 20 debemos ser adultos responsable, y la verdad es que en la vida quemar etapas toma su tiempo y no es el mismo para todos.
Crisis vocacional
A la mayoría nos pasa que al culminar la secundaría, inmediatamente nos lanzan a la universidad para “no perder el tiempo”, y terminamos por estudiar la primera profesión que nos viene a la cabeza solo por salir del paso, o en algunos casos, la que nuestros padres deciden. Con el tiempo descubrimos que lo que queremos para nuestras vidas es muy diferente, pero ya hemos invertido mucho tiempo, esfuerzo y dinero. Esto, sumado a la reacción de los padres al enterarse de nuestra intención de abandonar la carrera, crean una situación que nos pone contra las cuerdas; sin embrago, hay que recordar que estamos hablando de nuestras vidas, por lo tanto debe ser nuestra decisión el rumbo que vamos a tomar. El tiempo perdido se recupera, pero si sigues haciendo algo que no te gusta, tu vida se quedara estancada; en cambio, si comienzas a trabajar por lo que te apasiona, avanzaras más rápido y la motivación te llevara a ser más éxitos.