Fui engañado por mi otro pedazo de alma

¿Alguna vez te has sentido tan mal, tan comprometido en una relación tóxica, que realmente no sabes qué hacer? Bueno, yo estoy en esta pregunta justo ahora.

Hace menos de un año, todo se trataba de felicidad y algunas discusiones que parecían divertidas, noches largas, días cortos. Llamadas, paseos, citas… Sabes, todo lo que hace una pareja bastante alegre de su vida compartida. Instantes de imaginación, en los que habían proyecciones futuras, hijos, nietos, un pequeño apartamento en medio de la ciudad, y otra casa bonita y grande en los suburbios, o incluso más allá, no lo sé… lo que quieras pensar. Bueno, yo lo pensé así, y quise creer tanto en ello, que creo que de alguna forma… lo arruiné.

Cuando me contaron como se sentía que tu pareja te engañara, no daba crédito a lo fuerte que sonaba todo, y cuanta depresión podía embargar lo mismo. Bueno, tengo conceptos distintos ahora: Fui engañado, mi pareja se ha visto, hablado y tenido largos ratos de charlas cariñosas y románticas con otra persona. ¿Y sabes qué es peor aún? Quizá fue mi culpa, sí, porque… la rutina no es amiga de nadie, y yo no lo supe ver, sino hasta que sucedió la tercera aparición en esa vida compartida que te dije, la tercera vez que él hacía esto, la diferencia de las dos primeras veces, es que esta tercera, bueno… vino con las letras de un tercer compañero en la historia con voz más potentes, más fuertes que las mías.

Y yo sé que lo es, que es infiel, y me lo guardo adentro, yo sé que es feliz con otra persona, y puedo verme en el espejo a mí mismo muriendo, no quiero hacerlo más, no quiero que yo sea la razón por la que cada que vaya a la habitación, su sonrisa desaparezca, yo no quiero ser el asesino de su nuevo amor.

Y sí, quizá sea la mejor opción, quizá es el mejor camino, al final ¿quién seré yo, para detenerle? Un hombre más con quién estuvo en su vida. Solo otro tipo al final de estos 5 años juntos… por esta noche, y probablemente las siguientes también no tendré más compañía que la de mi segunda almohada, la que abrazaré para pensar que está conmigo, que está en mi cama.