Aprender Emprendiendo
Haciendo una pequeña introspección retrospectiva de mi vida sé que esta ha sido una constante y aún más desde que leí durante mis años finales en la universidad el libro “Padre Rico, Padre Pobre” del autor Robert Kiyosaki, el cual trata sobre las lecciones aprendidas por el autor en el área de finanzas y negocios desde su infancia con su Padre Pobre (su padre biológico) y su Padre Rico (el papá de su mejor amigo). Luego de leer dicho libro, mi perspectiva por todas las cosas cambiaron. Aun cuando no tenía la inteligencia financiera o la educación adecuada al respecto, porque solo contaba con la educación tradicional del sistema; determiné siempre el ponerme como meta trabajar por mi cuenta y no siempre depender de un salario.
No voy a negar que experimente el ser asalariada en muchas oportunidades, de hecho siempre lo he visto como algo temporal mientras logro estabilizar mis emprendimientos. Que han fracasados dichos emprendimientos, claro que sí! Pero todo es cuestión de seguir intentándolo.
Cuando tenía aproximadamente 23 años de edad comencé con un pequeño negocio en casa ofreciendo servicio de realización de trabajos de investigación y redacción de trabajos para los chicos de mi comunidad, mientras trabajaba en una tienda de ventas de artículos electrónicos fui reuniendo y pude adquirir formalmente mi primer computador la cual llamamos “María Conchita” en alusión a la actriz y cantante venezolana María Conchita Alonso, no recuerdo el por qué le colocamos ese nombre, siempre ha sido un hábito muy cómico entre mi hermano y yo, el colocarle nombre de personas a ciertos objetos. Y así abrí mi cibercafé en casa. Poco a poco con constancia y dedicación fue creciendo y ofreciendo calidad de servicio a la comunidad.
Cuando vi que todo iba bien cometí el error número uno, a la par del cibercafé me aventuré en el negocio de comidas sobretodo desayunos. Cosa que me fue pésimo, invertí mucho dinero en algo que no tenía ni una olla para cocinar, comprar todo desde cero, me emocionaba la idea. Alquile un local, busque un personal calificado porque yo no sabía ni freír bien ni un huevo. Pero a pesar de todo comenzó a despegar el negocio, las ventas comenzaron a dar sus frutos. Hasta que la señora que me rentaba el lugar decidió deshacer nuestro acuerdo verbal (error numero 2), y me pidió el local para dárselo a un familiar. Obviamente aun cuando las ventas iban excelente, en tres meses no me dio tiempo recuperar todo lo invertido.
Seguí con mi cibercafé, luego trabaje ejerciendo mi carrera dentro de la industria petrolera en otra localidad, cosa que me gusto por un tiempo porque siempre me ha gustado aprender nuevas cosas y vivir nuevas experiencias, pero siempre estaba presente ese gusanito por querer hacer algo propio. Ese gusanito se puso a dormir por varios años ya que continué trabajando.
En fin, para no hacerles el cuento más largo. Claro que he seguido emprendiendo y aprendiendo de los aciertos y fracasos. He aprendido a hacer jabones artesanales, he aprendido el negocio de hacer productos químicos de limpieza, he descubierto una faceta que no conocía en mi, la de decorar eventos, he tenido gracias a Dios la oportunidad de planificar, organizar y dirigir eventos a nivel de ciudad para 2000 personas .Y aun sigo en ésa búsqueda continua de hacer algo nuevo y diferente para salir hacia adelante y sobretodo que me ayude a aprender emprendiendo.
Fuente:
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Un excelente post amiga sigue así con este tipo de trabajos.