Despedidas.

¡HOLA! Otra vez les estoy compartiendo un escrito de una persona que conozco hace 10 años y me sorprende con sus escrituras, su nombre es: "CARMEN DE CONNO".

Creo que no hay nada mas triste en el mundo que una despedida, un adiós... Es más fácil decir “Hasta pronto”, “Hasta luego”; incluso, creo que es más fácil marcharse sin decir nada, es más fácil quedar como cobarde que como sentimental.
El orgullo es el sentimiento más tonto que puede existir, porque, ¿Qué es el orgullo? ¿Dejar a un lado lo que sientes por aparentar ser fuerte?, ¿Lastimar por no salir lastimado?, el orgullo es ser un total y completo imbécil, es dejar pasar oportunidades; qué tal si en lugar de irte sin decir nada, te hubieses despedido, te podrían haber dicho “Quédate” o “Encontraremos una solución”, porque a la larga, irse sin decir adiós son las despedidas que más duelen, esas que nunca existieron.

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Hay quienes solemos despedirnos y nunca irnos, amantes de la tragedia, de esos momentos de sentimentalismos que son desgarradores a la par de liberadores, aunque muy en el fondo sabemos que no será la última vez, que habrá otra oportunidad para decir lo que olvidaste la última vez, para ser más sentimental o más cruel, intentar hacer un poco de
daño o todo lo contrario, “irnos” dejando una buena impresión, y al final, nos vamos sabiendo que volveremos, que no será la última vez, que podrás mejorar el discurso.

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Volvamos a las despedidas de los cobardes, tambièn lo he sido, he dejado y me han dejado; he sido la cobarde que se da cuenta que abandonan y no pide razones, sabiendo que las tiene muy merecidas, pero también me he ido sin dejar siquiera rastro, creo que por eso cuando me dejan, los dejo marcharse, porque se que a pesar de todo, se esta siendo
"cobardemente valiente", o "valiente mente cobarde", se requiere mucho valor para irse y saber que no volverás y aguantarse las ganas de justificarse, y si, en cierta parte, eso son las despedidas, justificaciones de actos, errores y decisiones tomadas en el pasado que no fueron las mas adecuadas.

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Por eso al irte, ve y sal por la puerta de enfrente, no por la de atrás, despídete y no te justifiques, agradece; si piensas irte sin que lo noten, es porque muy en el fondo sabes que dolerá así que detente un momento y háblalo, no hay mejor despedida que aquellas que no acabaron, y si acaban, al menos no te quedaras con la intriga de lo que pudo haber sido. Di adiós con la cabeza en alto, recordando los buenos momentos, las mejores anécdotas y dejando el mejor recuerdo de una despedida llena de sentimientos.

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