TRES ANIMALES HÍBRIDOS NACIDOS POR LA INTERVENCIÓN HUMANA
¿Cómo están amigos de Steemit? ¡Espero que muy bien!
En esta oportunidad, quiero contarles sobre un hecho que yo desconocía, y que me pareció interesante para compartir. Espero que sea de su interés también.
Sabemos que los experimentos llevaron a la humanidad hasta un alto grado de desarrollo y de avance tecnológico, casi inimaginable hasta poco tiempo atrás. Sin embargo, a veces los humanos nos adentramos en terrenos espinosos solo por curiosidad. Este es el caso de una práctica aparentemente bastante difundida, que consiste en experimentar con cruces de animales. De estos cruces, nacen los llamados “animales híbridos”, con características comunes a las especies de las que proceden. Es cierto que estos cruces a veces se dan de forma natural, pero la mayoría de las veces se producen en cautiverio.
Tal es el caso de los que presento ahora porque son los que me han llamado la atención, si bien hay muchos más.
1. El ligre
El ligre es un felino que nace en cautiverio, como resultado del cruce de un león macho y una tigresa. Como en libertad ambas especies viven en hábitats distintos, es difícil que se crucen de forma natural.
Este animal se destaca por su enorme tamaño, que excede ampliamente el de los animales que le dan vida (puede llegar a medir hasta 4 metros de altura). Aunque parezca increíble, esto sucede porque al cruzarse el león con la tigresa se pierden los genes que inhiben el crecimiento de estas dos especies.
Un hecho curioso es que no todas las partes del cuerpo del ligre se desarrollan de la misma manera: las patas y la cola crecen menos que el resto del cuerpo. Esto provoca que con el tiempo no puedan trasladarse, debido a que sus extremidades no soportan el peso de su cuerpo (puede llegar a pesar hasta 400 kilogramos).
Los ligres son carnívoros depredadores y, para alimentarse, cazan animales de todos los tamaños.
Las características de su madre se observan en el pelaje: en la cabeza, las patas y la cola tiene rayas de tonalidades naranjas, heredadas de la tigresa.
2. El leopón
Con cabeza de león y cuerpo de leopardo, el leopón es conocido desde 1910, cuando se vio en la India el que se cree que fue el primer ejemplar nacido sin la intervención del hombre. Tiempo después, nacieron leopones en los zoológicos de Japón, Alemania e Italia, pero casi nunca alcanzaron la madurez.
El tamaño de los leopones es mayor que el de los leopardos. Físicamente, combinan las características de sus padres: su pelaje es de tonos naranja y marrón, con manchas distribuidas por todo el cuerpo. Su cabeza es cuadrada y tiene orejas inmensas. La cabeza del macho está cubierta por una pequeña melena (de aproximadamente veinte centímetros de longitud).
En cuanto a su comportamiento, les gusta treparse a los árboles y disfrutan del agua como los leopardos.
Como curiosidad, se observa que las hembras se debaten en un conflicto interno, originado en los hábitos tan opuestos de sus progenitores. Cabe recordar que el estilo de vida del leopardo es solitario, contrariamente al de la leona, que vive en manada.
3. Oso grolar
Los osos grolares provienen del cruce entre el oso polar y el oso pardo. Físicamente, se parecen bastante a las especies que le dan vida. Aunque su pelaje es una combinación del de sus progenitores, sobresale el color blanco, característico del oso polar, con toques marrones del pelaje del oso pardo.
Parados sobre dos patas, pueden llegar a medir poco más de 2 metros de alto.
Si bien hasta el momento solo podían ser vistos en cautiverio (en los zoológicos), en la actualidad es normal poder observarlos en su hábitat natural, en algunos lugares de Alaska y de Canadá. Prefieren las zonas poco habitadas, por lo que se los encuentra en bosques o en lugares que se hallan a más de 1200 metros de altura.
Su comportamiento es salvaje y poco amigable, pero en general es muy difícil que ataque a los hombres, excepto que se sienta amenazado. En cambio, pelea ferozmente con otros osos para disputarse la alimentación o para proteger a sus crías.
Pueden recorrer largas distancias sin debilitarse, corriendo a velocidades que alcanzan los 50 kilómetros por hora.
Como les comenté antes, yo no sabía de la existencia de estos animales y, aunque suponía que en la naturaleza estos cruces son muy probables, me sorprendió que fuera una práctica común realizarlos de manera artificial.
Para quienes no conocían a estos animales, espero que la información de este post les haya sorprendido tanto como a mí.
¡Saludos y hasta la próxima lectura!
Fuente: https://www.animaleshibridos.com