Relatos de una Noche de Guardia: Cabillas y Peras (la Esquizofrenia y sus Efectos)
Como bien se puede deducir por el contenido de mis publicaciones, actualmente soy estudiante de medicina; un interno de pregrado en mi 4to año de carrera, haciendo pasantías en el hospital de mi ciudad. Parte de nuestro servicio consiste en hacer guardias cada 6 días; nocturnas durante la semana y de 24 horas en los sábados y domingos. Miento si digo que esto tiene mucho parecido con programas de TV como Sala de Emergencias: Historias Inéditas, sin embargo, sí hemos tenido algunos casos cuanto menos interesantes, que me han dado la idea de compartirlos con esta comunidad, y enseñar al mismo tiempo sobre las enfermedades de los pacientes protagonistas de estos relatos. Medicina y curiosidades, explicadas con toques de humor: la base de mi perfil.
Para conservar la ética médica y la confidencialidad médico-paciente, hay algunos datos que tengo que omitir. Dicho esto, sí describiré a profundidad heridas, lesiones, condiciones médicas, y demás detalles que pueden resultar algo fuertes para aquellos con estómagos débiles. Lo coloco como advertencia: habrá contenido explícito en estos artículos, tanto escrito cómo visual. Este artículo en específico no contiene fotos de esas que jamás podrás borrar de tu memoria y que seguirás viendo aún cuando cierres los ojos, pero sí tiene descripciones sobre un caso de carácter poco apto para menores. Sin más que agregar, les presento:
Relatos de una Noche de Guardia: Cabillas y Peras
Había sido una noche poco interesante; estábamos bajo el servicio de medicina interna, y aparte de uno que otro electrocardiograma o toma de signos vitales, no habíamos tenido mucha actividad. Mi compañero @korotkov y yo habíamos decidido quedarnos unas horas en triaje; a donde llegaban a consulta los pacientes con enfermedades poco urgentes, y se referían aquellos con casos más graves al servicio correspondiente. Luego de unos 30 minutos discutiendo sobre si deberíamos tomarnos un agua mineral sin tapa que encontramos en el consultorio (lo hicimos, y seguimos vivos. Ni Bear Grylls se atrevería a tanto), llegó una paciente a consulta, justo mientras la única doctora que nos hacía compañía salía a ayudar a otra área.
Se trataba de una señora de 59 años, de aspecto algo descuidado, pero con nada que podría indicar la existencia de alguna enfermedad a simple vista. Al preguntarle por el motivo de consulta, nos refirió que sentía ardor al orinar (disuria, clásico síntoma de algunas enfermedades renales e infecciones urinales). Le realicé una puñopercusión en las fosas lumbares, una maniobra para detectar nefropatías, que resultó positiva, lo que nos dio a entender que era posible la existencia de patología renal. “Caso resuelto”, pensamos los dos, mi compañero comenzó a escribir un récipe indicándole a la paciente pruebas de orina y de sangre, mientras yo me dediqué a cortar papeles para escribir más récipes (hay escasez de papel en el hospital. Venezuela: la tierra donde no hay de aquello que nunca pensaste pudiera llegar a faltar.)
En ese momento fue cuando de verdad comenzó la consulta. Mientras @korotkov escribía y yo picaba papeles, la señora nos cuenta más detalles sobre el posible origen de su condición:
Doctor, otra cosa que se me olvidó contarles: a veces cuando tengo relaciones también me arde, el año pasado yo estuve con un señor, y cada vez que lo hacíamos me ardía. ¿Tendrá eso que ver con esto?
Me pareció algo inusual que a su edad tuviera una vida sexual activa, aunque es algo saludable aún en la tercera edad (mientras no lo graben y suban al internet, por favor), y aprecié su honestidad; muchos casos serían más fáciles si los pacientes fueran tan abiertos. Le dijimos que era posible que fuera debido a una infección de las vías urinarias, y que íbamos a mandarle unos exámenes de laboratorio para confirmar el agente causal. Se quedó satisfecha con esta explicación, pero unos segundos luego, le agrega más detalles a su historia. Escribo todo textualmente como ella lo dijo (son cosas que no se olvidan):
Doctor pasa algo más, verá, es que el año pasado yo estaba loca. ¡Si doctor, a mí me dio una locura!, pero fue solo el año pasado, ya se me quitó. Vea, yo agarré la maña de meterme cabillas por ahí…
Mi compañero y yo dejamos lo que estábamos haciendo, y ambos levantamos la mirada casi de manera coordinada. Ante nuestras miradas de incredulidad, asombro, y leve trauma, ella continuó con su historia:
Si bueno, yo agarraba cabillas y me las metía completas, ¡yo no sé qué estaba pensando! Yo me masturbaba con cabillas, y a veces con peras. Dejé de hacerlo porque una vez comencé a sangrar, y me ardió luego por unos días. ¿Será por eso este ardor de ahorita?
Admito que mi mente se quedó en blanco por unos segundos, sin saber que pensar. Sentí lo mismo que asumo sentiría una computadora al presentar la famosa pantalla azul de la muerte, y al mirar a mi compañero, me di cuenta que a él había sufrido la misma implosión cerebral. Recobramos nuestras facultades mentales al cabo de unos momentos, aunque el don del habla y del pensamiento crítico no estaba del todo restaurado; lo único que se nos ocurrió responderle fue un “sí… es posible.”
Al pasar el trauma inicial, @korotkov le pidió a la paciente que nos explicara la naturaleza de su condición psiquiátrica; a qué se refería cuando decía que estaba “loca”. La posible nefropatía o infección urinaria era el menor de sus problemas; ella nos comentó que se le había diagnosticado esquizofrenia, durante unos estudios en la ciudad de Maracay, y que se le había indicado un tratamiento que había abandonado, ya que según ella “estaba mejor”. Esta afirmación estaba un poco lejos de la realidad, así que seguimos indagando sobre sus antecedentes y datos personales con la esperanza de poder canalizar ayuda psiquiátrica y tratamiento para su condición. Al preguntarle sobre su dirección, ella exclamó con una sonrisa en el rostro (durante toda la consulta siempre mantuvo un ánimo bastante jovial. Al mal tiempo, buena cara, efectivamente…):
¡Aquí doctor, el hospital!
“¿Cómo que en el hospital?”, preguntamos nosotros.
Si, yo vivo aquí. Es que mis hijos también sufren de esquizofrenia, y los tienen aquí como pacientes psiquiátricos, entonces yo me quedo a dormir aquí. Tengo más de 15 días viviendo en el hospital
Era un requisito colocar su dirección en la lista de morbilidad, por lo que le preguntamos sobre alguna dirección previa. Al no poder respondernos con la especificidad que necesitábamos, dudamos sobre qué poner, para unos segundos después pensar “al carajo todo” y colocar el nombre del hospital como dirección de la paciente. Nuestra mente estaba en otros lugares, imaginándose cosas que nadie debería imaginar jamás (y que seguramente tú también lo estés haciendo ahora. Perdón por la imagen mental), y tratando de dar sentido a todo el caso.
Le dimos el récipe a la señora, sabiendo que debido a su condición social no iba a poder realizarse los exámenes requeridos (en el hospital hace un tiempo que se acabaron los reactivos para realizar exámenes simples de forma gratuita), y dándole la indicación de que regresara durante la mañana del día siguiente y le explicara su caso al doctor de guardia; lamentablemente éramos incapaces de ofrecer mucha más ayuda, siendo aún estudiantes. Ella nos recordó que de todas formas residía en el hospital, y que iba a la sala de espera a pasar la noche.
Fuimos con la única doctora de guardia esa noche (ya era alrededor de la media noche, los demás médicos de guardia habían ido a dormir), y al explicarle el caso y preguntarle sobre si deberíamos de hacer algo más, mostró las mismas dudas que nosotros. Entre todos decidimos que la mejor manera de proceder era justamente la que nosotros habíamos tomado; decirle a la paciente que volviera luego, cuando había más personal capaz de manejar su situación. Discutiendo el caso con nuestros demás compañeros, surgió una duda que nos carcome desde entonces: ¿A qué se refería cuando decía que se masturbaba con peras? Algunos pensaron en la fruta, otros en peras de lavados vaginales. Por la situación del país, y viendo que una pera de comer cuesta varios salarios mínimos, personalmente me decanto por la segunda opción.
Si bien la señora decía no tener sangrado activo desde aquel evento que hizo que frenara su insana manera de darse placer, era posible que ginecológicamente hablando, la infección urinaria fuera la menor de sus preocupaciones. Pero su principal condición, y la que ameritaba tratamiento más urgente, era la esquizofrenia. Ahora, todos hemos oído hablar de ella, pero ¿Exactamente a qué nos referimos con esta enfermedad? ¿Se limita a alucinaciones auditivas y visuales?
La esquizofrenia es una enfermedad mental presente en el 1% de la población mundial. Sus causas aún no son del todo conocidas, aunque varias investigaciones han dejado claro que hay un factor genético y hereditario implicado: las personas con algún familiar que sufra de esquizofrenia tienen un 10% de probabilidades de desarrollar la enfermedad, frente al 1% de la población sin antecedentes familiares. Algunos expertos (probablemente sobrepagados) afirman que las manifestaciones de la esquizofrenia surgen debido a una combinación entre la existencia de alteraciones en la estructura cerebral (aumento del tamaño del hipocampo, alteraciones en la actividad de la dopamina y glutamato, y otros cambios que probablemente sólo pretendes entender), y factores ambientales que afectan los niveles de estrés, cómo el uso de drogas, el rompimiento de una relación amorosa (“es sólo un amigo”, claro…), o el vivir en Venezuela.
Sus síntomas son más diversos de lo que pensamos, y van mucho más allá que simples alucinaciones. Se puede comenzar a manifestar con cambios leves en la personalidad y disminución en la competencia social, como aislamiento, pensamientos inusuales, distorsiones perceptivas o desorganización. Distinguir estos síntomas del comportamiento típico de la adolescencia puede llegar a ser cuanto menos complicado. Su detección se hace más fácil cuando comienzan a presentarse los síntomas clásicos: alucinaciones tanto visuales como auditivas (el tan famoso “oír voces”, la manifestación alucinatoria más frecuente), e ideas delirantes (el creer ser perseguido o engañado, que pueden leer su mente, que pasajes de libros o canciones están dirigidos contra él, o que la pizza se come con cubiertos). También se puede llegar a presentar pensamiento desorganizado que lleva a un habla incoherente, conducta inapropiada, falta de sociabilidad, deterioro de la memoria, dificultades en la resolución de problemas, y en casos graves puede llevar a comportamiento violento, estados catatónicos y suicidios.
Su diagnóstico es complicado, ya que a pesar de lo que te hagan creer los test online que hace tu hermano menor con demasiado tiempo libre, no hay una prueba que confirme la existencia de la esquizofrenia. Lo que normalmente se hace es investigar sobre si existen antecedentes familiares de la enfermedad, y hacer una evaluación exhaustiva de los signos y síntomas del paciente: se busca averiguar si hay presencia de por lo menos 2 de los síntomas antes descritos durante por lo menos un mes, junto con signos leves como deterioro social o en el autocuidado con un mínimo de 6 meses de evolución. Luego, se hace un diagnóstico diferencial con los demás trastornos psiquiátricos con manifestaciones parecidas a la esquizofrenia, como trastornos psicóticos o de la personalidad.
El tratamiento tiene el objetivo de disminuir la intensidad de los síntomas psicóticos, prevenir recaídas y evitar el deterioro funcional. Se basa en la rehabilitación y enseñanzas para el autocontrol la enfermedad en centros de apoyo comunitario, y la administración de fármacos antipsicóticos, como la Clorpromacina o la Tioridazina, entre una amplia variedad, y teniendo en cuenta que mientras más rápido se detecte la enfermedad y se empiece el tratamiento, mejor responderá el paciente. También se usa psicoterapia, para desarrollar una relación de colaboración entre el paciente, la familia, y el médico tratante, educarlos sobre la naturaleza de enfermedad, y proporcionar apoyo psicológico y empático.
Este fue nuestro primer paciente psiquiátrico en consulta, y uno de los casos más peculiares y perturbadores que hemos tenido. Nunca supimos si la señora volvió el día siguiente a consulta; a pesar de supuestamente vivir en el hospital, no la volvimos a ver, ni supimos sobre sus supuestos hijos. Sólo espero que nos haya hecho caso, y que de alguna forma haya conseguido tratamiento tanto para la infección urinaria como para su trastorno esquizofrénico. Y si bien mantengo mi hipótesis, nunca estaré del todo seguro de qué tipo de peras hablaba.
Referencias
- Beers, Mark H., et al. Manual Merck de Diagnóstico y Tratamiento, 11va ed., 2007.
Real lengthy . Cool post
Courtesy of discord channel. Upvoted
Thanks, I've published a version in English as well, if you're interested
That's great. I'd go check it out
Aun recuerdo cuando @korotkov me conto sobre esto x_x
Tenias que estar ahí, nada se compara a haberlo vivido jajajajaja. Deberías hacer una guardia con nosotros, tenemos la suerte de que casi siempre llegan casos interesantes
Muy, pero que muy interesante. Me gustó mucho el relato, la parte en la que hablan con ella, se ve que es real, no es ficción (y si lo fuera, se sentiría muy real). No sé mucho de medicina, pero creo que más o menos entendí la explicación. Sigue así, tu post tiene muchísima calidad. ¡Saludos!
Gracias amigo! Todo 100% real, no tengo tanta imaginación como crear una historia ficticia así jajajajajaja. Me alegro que te haya gustado
Que asco lo del agua mineral... Jajaja supongo que la necesidad los llevó a ello. En relación al caso, está alucinante. Pobre señora, no le hicieron examen ginecólogico? De verdad me he topado con varios esquizofrenicos pero la mayoría de ellos solo son violentos; pero este es otro lvl. Jajaja me sentí identificado con la parte: "ya era alrededor de la media noche, los demás médicos de guardia habían ido a dormir"... TÍPICO! Excelente redacción bro, muy buen post.
Lamentablemente no pudimos, no se nos permite hacer exámenes ginecológicos sin la presencia de un doctor :( aunque espero se lo hayan realizado el día siguiente. Y muchas gracias por tu feedback! Me alegro que te haya gustado. De verdad que me inspiran a seguir creando contenido 🤗
Que bien que te haya gustado, veo que logré mi objetivo de entretener además de enseñar jajajaja. Gracias por la promoción, de verdad lo aprecio mucho!
Soy una persona de estomago delicado, de verdad que lo pienso mil veces para leer este tipo de historias, pero me causo tanta curiosidad el saber como se desarrollaría todo que no pude dejar de leer. Me encanta la forma como redactaste la historia, es sumamente seria, algo que te paso en un día normal de trabajo pero no deja tener un toque de humor (maravilloso punto de los venezolanos), y sin embargo aunque cause gracia igual te quedas pensando en la parte seria de la misma. Te acabas de ganar un seguidor, quizás llegue a un punto donde no pueda soportar una historia completa, pero tienen todo el valor para ser leídas. Espero continuar leyendo otros post del mismo tipo, sigue así, excelente trabajo.
Muchas gracias! Se que un post sólo sobre medicina puede llegar a ser tedioso y aburrido, así que siempre trataré de meter toques de humor y sarcasmo en donde pueda. Tengo la suerte de que me sale natural, así soy siempre jajajaja. Espero seguir haciendo artículos informativos e interesantes, lo suficiente como para que puedas leerlos completos a pesar de una que otra imagen explicita ;)
¡Wow! quedé con los ojos bien abiertos y que mal que estas enfermedades aún no se le haya encontrado una cura definitiva. Saludos.
Seguramente algun día tenga cura, o por lo menos se pueda alterar los genes para eliminar el riesgo de heredarla