El niño y los gatitos.

Había una vez una señora que se encontraba vendiendo gatitos en un mercado popular, cuando se acercó un niño a donde ella estaba y le preguntó:
-¿Usted que vende?
Ella contestó:
-Gatitos persas.
Sacó uno de la cesta donde los tenía y se lo mostró al niño, este al verlo le dijo:
-Son bellos, quiero comprarle uno. ¿En cuánto los vende?
Ella contestó:
-En cinco monedas de plata.
El niño le dijo:
-Tengo solo tres, pero mi mama ahora viene y ella le pagará el resto, muéstreme los gatitos.
Luego de darle el dinero a la señora esta le sacó tres gatitos más de la cesta, el último de ellos tenía una piernita más pequeña por ello cojeaba.
El niño lo tomó y le dijo:
-Este es el que quiero.
Ella le dijo:
-Hijo aquí hay otros, ese tiene una pata más corta.
El respondió:
-Este es el que me gusta.
-Entonces te lo regalaré -le respondió la señora.
-Yo se lo compraré.
Ella le dijo:
-Está bien, te lo venderé por los tres mil que me diste.
El niño se enojó y le dijo:
-Le pagaré las cinco monedas pues este gatito no vale menos que los otros, él es el más fuerte de todos, por eso Dios lo hizo diferente.
En ese momento se acercó la madre del niño y este prosiguió diciendo:
-Él es la mascota perfecta para mí, yo también tengo una piernita más pequeña y mi madre dice que soy especial, nací para hacer cosas grandes al igual que este gatito ¿verdad madre?
Ella contestó:
-Si hijo, tu eres el niño más fuerte, valiente y noble que conozco y sabrás cuidar bien a ese gatito, lo enseñaras a ser igual que tú.
La mujer sacó de su cartera y le pagó las otras dos monedas a la señora y esta entendió.
La mujer agregó:
-Tienes razón hijo, eres un ser especial que hoy me enseñó una gran lección.

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