Todavia sigo bajando.
No tienen final.
Pudiese bajar mil escalones más, pero en ningún momento llegaría a mi destino... Entonces.
¿Para qué seguir bajando?
No tiene un propósito esta acción, es solo seguir el camino que me impusieron contando con que en algún momento Dios se apiede de mi alma podrida, y me deje terminar estas escaleras.
Pero es que yo no recuerdo que hago aquí, y no se por qué me llena de tanta ansiedad el no poder terminar de bajarlas... Algo que si tengo muy claro es que estoy agotado de tanto hacerlo, bajando miles y miles de escalones diariamente.
Pero quiero seguir bajando, quiero hacerlo más rápido, porque siento que algo me está esperando en la profundidad de este caracol que continúa extendiéndose.
Pero algo se siente extraño.
Pareciera que estuviese buscando o algo... ¿O huyendo de algo? Perfectamente me puedo ver impulsado a bajar estas escaleras porque algo arriba de mi, como tonto, me hace bajar sin motivo alguno.
Bajar es cosa sencilla, no tiene sentido que siga haciéndolo si realmente no veo que esto llegue a su final, entonces, me devolveré. Subiré todos los escalones que había bajado anteriormente, pues estoy seguro, ahí debe estar mi respuesta.
Cambié de dirección y de objetivo.
Subir era mucho más desagradable, si podía bajar miles de escalones, a duras penas conseguía subir cientos diariamente. Pero por algún motivo, esta vez si sentía que me estaba acercando a la meta.
Hubo más de un momento en el que me tiré en esas escaleras llenas de sudor,de lágrimas, de sangre, y de miedo; únicamente porque no tenía energía para seguir intentándolo, considerando no subir, no bajar, solo dormir hasta morir.
Pero no.
Ya acepté este reto, no iba a simplemente dejarlo ir porque cada vez se hiciese más difícil, ya que yo a su vez, me hacía más fuerte y valiente... Y llegó ese momento.
A lo lejos conseguí ver una puerta que me estaba esperando. No sabía si estaba arriba, abajo... Estaba demasiado desesperado y loco como para saberlo, mi cordura era el nuevo mito del que la gente hablaría... Pero quizás, si llego a esa puerta, la recupere.
En ese oscuro pasillo conseguiría mi respuesta.
Después de gritar, dejarme llevar por mi euforia, corrí hasta ese pasillo, conseguí la puerta que tanto me esperaba, incluso conseguí tocarla... Se sintió tan bien.
Me sentí genuinamente vivo, como si todo el tiempo que estuve corriendo en esas escaleras hubiese estado muerto... Si, ojalá hubiese sido el caso, para así no escuchar esas palabras.
"¿Tú crees... maldito pedazo de basura... que después de lo que hiciste, después de haber asesinado y violado a esa pequeña niña a sangre fría, puedes solo intentar suicidarte y huir de tus fatidicos errores?".
Era totalmente cierto, estaba podrido.
Yo estaba bajando, y bajando, y bajando, para huir de mi error, de mi monstruo, de la horrible criatura en la que me había convertido... Estaba solamente tomando...
Una via de escape...
Debí seguir bajando.
Espero que hayan disfrutado de este relato, las fotos son de mi autoría y fueron tomadas con una Nikon D80 y un Motorola G5 plus.
Un abrazo azul para tí, de mi portafolio.