DAMA DE BLANCO, CABELLO LARGO Y NEGRO PERO SIN ROSTRO

Hola mis queridos Steemians, siguiendo con los relatos de aparecidos, les traigo otra entrega de un suceso ocurrido cuando era adolescente y sin más preámbulo lo presento.
" 15 años tenía yo cuando mi tío me pidió que fuera a cuidar las tierras de “Talambo”, una finca ubicada en la profunda selva de Zaraza, bien alejada de la civilización, estas tierras rodeadas de árboles y ríos, bendecida por Dios por las variadas plantas y animales que allí coexistían. Lo único malo, que aún era un campo rudimentario sin los servicios básicos que hemos estado acostumbrados a utilizar. Claro no era para quedarse eternamente allí, solo era un favor de unos días mientras conseguía caporal y como era bajo esa condición accedí a irme esos días al campo.
Diariamente tenía que realizar las tareas pautadas como ir al corral de ordeño, después soltar los becerros y llevar las ovejas hasta el río para que tomaran agua y pastaran por los potreros indicados por mi tío, pero no sin antes colocar el fogón para hacerme el cafecito y el desayuno, aunque muchas veces realizaba hasta el almuerzo solo para llegar a descansar, así serían los días mientras estaría allí, en las noches debían turnarse entre mi padre, mi hermano mayor o un primo para acompañarme y que no estuviese solo en tan vasta llanura y oscuridad.

Mi primer día como caporal interino me fue de maravilla y aunque fueron muchas labores para una sola persona las realice en tiempo récord, el estar en contacto con la naturaleza y a su vez solo con mis pensamientos hizo que viviera una experiencia divertida y me sentí en ese momento como un gran señor adquiriendo responsabilidades. Cuando llego la tarde me dirigí al pastoreo de las ovejas y nuevamente a encerrar los becerros en el corral hecho de palos y alambre, además fui a buscar todo el ganado y encendí las lámparas de kerosene, cene y me acosté un rato en el chinchorro a esperar quien llegaba a acompañarme y tal como lo habían dicho a las 7 y 30 de la noche a través de la oscuridad y el silencio se divisa a lo lejos las luces y ruidos de un carro, cuando llega era mi padre y mi hermano que se quedaban esa noche conmigo, habían llegado un poco más tardes porque tenían que desocuparse de sus labores para irme a acompañar. En la mañana siguiente me desperté más temprano a preparar café porque tenían que devolverse al pueblo a cumplir con sus trabajos y yo con el que me encomendaron allí, después de tomar café y desayunar nos despedimos y ellos se fueron y yo al corral a hacer lo mismo que ayer, pero esta vez la iba a realizar más lento, porque la falta de costumbre de esos trabajos rudos y fuertes me había levantado adolorido. Así fueron pasando las horas y las tareas, solo bastaba esperar la tarde para ir a recoger los animales para irme a acostar otra vez. Del cansancio me recosté en la hamaca y me quedé totalmente dormido, cuando desperté eran las 6 de la tarde y aún no había recogido nada, tuve que hacer a caballo para agilizar la búsqueda y si me rindió el trabajo en tan solo 45 minutos ya tenía todos los animales en el corral, desensillé el caballo lo puse a pastar y me dediqué a encender las lámparas, extenuado de tantas labores en tiempo récord me fui a descansar un rato en el chinchorro mientras venía los que me iban a acompañar esa noche, Esa tarde antes de acostarme coloqué la escopeta recostada en la pared donde tuviese alcance y me acosté a contemplar cómo se desvanecía el día y la claridad a través de la puerta.
Serían como un cuarto para la siete de la noche cuando aparece una señora alta con el cabello negro abundante y un vestido blanco nacarado que brillaba entre la poca luz que quedaba, se coloca en toda la puerta, sin pronunciar ninguna palabra, yo al ver eso reaccioné agarrando la escopeta y le pregunto quién es con mi voz entrecortada y la señora se dio la vuelta hacia el potrero, cuando va pasando se desvanece y los animales en el campo comienzan a hacer ruidos extraños, junto con los perros que comenzaron a aullar, eso me erizó la piel y fui corriendo a apagar las lámparas, me puse a rezar y me coloqué en el medio del patio, creyendo aún que era una persona viva. Ese día tardaron más en llegar a acompañarme, me encontraba solo con Dios, la Virgen y mi escopeta, no podía darme el lujo de asustarme así que agarre una bala, le hice una cruz en la punta y volví a cargar el arma, dándome valor dije “si es vivo se va a llevar un susto” y “si es muerto con estas oraciones y conjuro de la baja lo lograré ahuyentar”. Cada vez se hacía más oscuro y no podía divisar nada, solo confiaba en el instinto del perro que tenía a mi lado y el cual estaba en posición de defensa e incómoda, asumo tratando de entender los ruidos y sonidos extraños que estaban ocurriendo hacia el monte, esos sonidos lo estuve escuchando por más de una hora, hasta que por fin comienzo a escuchar los ruidos del carro que venía, fue allí cuando me volvió el alma el cuerpo y recupere un poco de valor, al llegar era mi padre y un primo los que correspondía acompañarme, tan pronto se bajaron del Jeep salí en busca de ellos y me dispuse a contarles, cuando mi primo comenta: “ esa misma señora le salió a la esposa del último caporal que se fue” y nos comienza a contar: “ una semana antes de irse estaban acostado todos en varias hamacas y como a las doce de la noche la señora observa un niño que va caminando por todo el cuarto, ella creyendo que es una de sus hijos lo hizo a agarrar, cuando de pronto siente las manos de una mujer adulta que le sostiene el brazo fuertemente quedando la señora Panchita inmóvil y helada sin poder gritar, cuando ella suelta al niño la señora también la suelta y se van hacia el potrero sin abrir la puerta, en eso también los animales comienzan a hacer ruidos extraños y los perros a aullar por la aparición, no le quedo más nada a la señora Panchita que refugiarse con sus hijos a rezar, para esperar que amaneciera”. Cuando amaneció se fue con todos sus hijos al pueblo y le contó esto a mi primo dejando claro que le daba unos días para que buscaran otro caporal porque ellos se iban del lugar. Fue allí donde comprendí que lo que me había sucedido no era casualidad y mucho menos era algún bromista que se internó en ese monte para asustarme. Al igual que la señora le dije a mi padre que le comunicara a mi tío que desde ese día solo me quedaría en ese lugar mientras haya luz o que por lo menos enviara a otras personas que me acompañarán todo el día."
Desde ese día jamás me volví a quedar solo en esa finca y mi tío al ver que no le duraban los caporales terminó vendiendo la finca.
Gracias por visitar y leer mi blog. Espero les guste el relato. Saludos y hasta una próxima entrega
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Hello, Steemians. Let us introduce you a new Steem B...
Me dió curiosidad el título y leí tu post, bueno amigo dicen que de que vuelan vuelan, pero yo como cristiana te puedo decir que esas cosas habitan en la oscuridad y si la gente cree más rápido para ver cosas semejantes. Dios habita en la luz. Siempre tenemos que tener claridad en nuestros hogares y sobre todo ser lumbrera para los demás. Saludos.
Hola, me gusto la historia, pero me gusta más leer cuando los párrafos son más cortos, el segundo y el tercero sobre todo, espero no moleste mi comentario. pero me parece más agradable cuando lo máximo que tiene un párrafo no sobrepase de 15 a 20 líneas. no soy una experta solo mi experiencia.
Gracias por el comentario lo tendré en cuenta para las próximas publicaciones. Saludos