Walkman Five
Saludos, comunidad Steemit.
Walkman Five
Un pequeño pero ancho corredor, flanqueado por palmas sembradas en grandes materos, conduce desde la taquilla hasta la entrada.
En la entrada, un catire, con bronceado de fin de semana, pelo ensortijado, ojeras impresionantes, un metro ochenta y cinco de estatura y grueso como un muro, chequea los tickets y disuade con su estampa que alguien intente llevarse un equipo.
Al empujar la puerta sintió el cambio de ambiente: la penumbra, el humo, el olor a cigarro, el olor de la mariguana y sobre todo las miradas sobre él. Una ligera turbación le sacudió el cuerpo, pero la satisfacción de estar allí (con todo lo que le había costado!) pudo más que ese temor. Con un movimiento decidido y nervioso giró hacia la izquierda donde un letrero luminoso anunciaba el lugar donde le entregarían el equipo.
El mozo, un tipo de extraño parecido al de la taquilla, le pidió el ticket y le entregó un Walkman. ¿Sabes cómo funciona? -le preguntó.
Ssssí, titubeó, bueno, si tú quieres me explicas. –respondió.
El mozo, con cierto fastidio femenino, le dijo:
-Puedes usar el equipo por una hora, en esa hora tienes derecho a dos tragos. Después de esa hora, la hora adicional te cuesta 25 y no incluye tragos, eso sí, puedes pedir otro par de audífonos, por si quieres compartir con alguien. El equipo tiene cinco canales: el canal uno es para discomusic, el dos para rock, el tres para jazzysoul, el cuatro para salsa y el cinco es el canal clásico. Para sintonizar los canales gira este botón. Los tragos los sirven por allá. Muy importante si dejas pasar la hora pierdes los tragos, a menos que renueves el alquiler del equipo que te cuesta 25.
¿Cómo es la vaina? preguntó Eduardo confundido.
- Que si tú no te tomas los dos tragos que te tocan en una hora los pierdes, a menos que alquiles el equipo otra vez, o sea, a menos que te quedes otra hora, ¿Entiendes?
-Ahora sí.
El mozo le devolvió el ticket, que ahora lucía un flamante agujero sobre el número uno al lado de audífonos y un sello que indicaba la fecha y la hora, por lo que se percató de que la suya había comenzado a correr yl no sabia como gastarla. Después de todo no era capaz de lanzarse a la pista a bailar solo, como lo hacia una gran cantidad de personas en ese momento.
Por esa razón se colocó sus audífonos, sintonizó el canal de rock y atravesó la amplia pista hasta llegar al bar. Pidió una cuba libre.
Le trajeron la orden y le marcaron el ticket. Se quedó allí mirando, procesando lo que veía, mientras probaba el trago. De pronto, sintió que alguien lo tocó por el hombro, volteó:
-¿Me brindas un trago?
-¿Qué?
-¿Que si me brindas un trago?
Eduardo se quitó los audífonos, la chica, como de 20 años, cabello castaño con permanente y de piel muy bronceada, le volvió a preguntar
-Que si me puedes brindar un trago?
Eduardo sonrió, palmeo y exclamó
-Qué vacilón… bueno, vamos a pedirlo, como te llamas?
-Jackie ¿y tú?
-Eduardo.
-¿Que estás oyendo?
-Disco ¿y tú?
-Rock.
-Bueno podríamos bailar para no estar aquí sentados, tú te vacilas tu música y yo la mía.
Eduardo volvió a palmear y a sonreír.
-Qué vacilón, pero podemos poner el mismo canal.
Saltaron a la pista, agarrados de la mano y unidos por el canal disco.
Así, entre tragos y ritmos personales, Eduardo se enteró de que Jackie vivía en la Florida, no tenía novio, le gustaba la música moderna y, en general, estar en algo. Por su parte Eduardo la puso al corriente de su dirección en Chacao (lo cual no era del todo falso, porque una hermana suya vive allí), de su ,mala suerte en los estudios y de su trabajo de officce boy. (ni por el carajo se llamaría a si mismo mensajero).
Al otro día en una esquina de su barrio, Eduardo charla con un amigo que toca charasca con un peine sobre una botella de cerveza, mientras que desde un radio se oye un ritmo salsoso.
-Chicho, anoche estuve en el Walkman Five, ¡es una nota!
-¿Si? ¿Qué tal? Cuéntame.
-Bueno, primero tú te timbras todo cuando llegas, entras y ves a ese poco de gente bailando y tu no oyes nada, pero después tu te acostumbras. Pero lo mejor es que cada uno está en su nota, y nadie se mete con nadie, tu ves gente fumando o empericándose y nadie le hace cerebro; es más, hasta había unos tipos raros besándose y nadie les paraba, todo el mundo tranquilo,
-¡Que va chamo! ¡eso es cova!
-No chamo, créeme de buena fe que es como te estoy contando.
¿Y cuánto cuesta eso?
-Es un pelo caro, pero vale la pena… además hay unas burguesitas finas, burda de regaladas; las chamas responden sin rollos
-¿Y hay salsa Chamo?
-Claro. Vamos el sábado para que veas
-Tendré que rebuscarme por ahí para arrancarnos
-Dale, hablamos.
-Bien. Me buscas el viernes y nos ponemos de acuerdo, cuadramos.
-Eso, dale.
Los dos amigos se despidieron, al fondo en la radio seguía sonando el Trabuco venezolano : “ esta es mi imagen latina, este es mi nuevo cantar”
Agradezco su lectura y comentarios.
Está muy bueno tu relato, @ramonochoag, con ese marcado tono realista y cierto carácter paródico e irónico. Nunca había leído nada tuyo en clave narrativa. Creo que lo haces bastante bien. Esperamos leer otros relatos tuyos más adelantes. Saludos.
Gracias por leer y comentar,@josemalaven, he escrito algunas cosillas por ahí, este un texto viejo que quise rescatar y publicar, por ahí vemos qué mas puedo publicar.
Totalmente de acuerdo con @josemalavem. Suena muy bien. Me hizo recordar Pin pan pun de Rebolledo. Una nota. Felicitaciones, @ramonochoag, Ud. es un tremendo storyteller. Me pregunto (y me perdonan la ignorancia), ¿existían esos locales descritos en la historia?
La crítica social y psicológica es de elaborar. Creo que no pierde vigencia la situación entre los jóvenes (con los respectivos matices de la brecha).
Gracias,@hlezama, esa es una ficción viejita que tenía por allí guardada, en mi fantasía era una posibilidad de futuro y ambientada en Caracas en el barrio donde me crié.
Got it. Bueno, no era tan descabellada la idea. Me parecía plausible. El sabor caraqueño fue bien logrado.
Me gustó mucho este relato, @ramonochoag. Me dejaste como el personaje a quien Eduardo le contó su experiencia: ¡Eso es cova!
Ficción bien llevada es lo que es. Gracias, mi querido amigo por compartir este cuento.
Gracias por leer,@eudisdiaz, este es un cuentico añejo.