Chico Peligroso
Di media vuelta y entre como poseso a la cocina, debía calmar mi respiración, aquello no podía estar pasándome, no era la primera vez que veía a un tipo atractivo, pero este no solo era atractivo joder, era peligrosamente sensual y atractivo, un palpitar en mi parte baja me asusto, no podía empalmarme con solo ver sus ojos joder.
-Cesar estas bien? – escuche a Leo a mi lado
-S-si – Rayos tenía que calmarme – d-donde esta Julio?
-Por ahí, lo perdí cuando intento coquetearle a una de esas punks está loco – rio por las ocurrencias de Julio – viste a los tipos que llegaron? Uff se ven súper peligrosos, ten cuidado de no acercarte a ellos vale?
-S-seguro – como decirle que quede fascinado con unos de ellos?
Cuando logre calmarme, volví a la sala con la sola intención de huir de allí, no quería encontrarme con aquel peligroso sujeto, pero mi cuerpo no obedeció la orden de mi cerebro cuando barrio con la mirada el lugar, localizándolo en uno de los muebles que estaban frente al espectáculo montado por esas putas quienes con un tubo improvisado movían su cuerpo al song de la música (cabe decir que se apoderaron de Dj), me di cuenta de la poca iluminación que había en la sala, y me pregunte porque rayos aun permanecía en aquella fiesta (que ahora parecía un antro gótico), sentí como su mirada reparo en mi presencia, su lengua paseo por el borde de sus labios en una sutil insinuación, sus ojos fijos en mi me ponían nervioso, era momento de huir, pero fue inútil, un pequeño jadeo escapo de mis labios cuando vi que se puso en pie, indicándome con un leve movimiento de cabeza que lo siguiera, no escuche las alarmas que sonaron en mi cabeza, simplemente no podía evitar seguir a aquel sujeto que en solo minutos se había apoderado de mi mente.
Lo seguí sin pensarlo, subiendo las escaleras de aquella casa, escaleras que estaban atiborradas de personas que se besuqueaban, se manoseaban, incluso se drogaban, arrugue la cara, aquello era una locura, desde la llegada de los punks las cosas se descontrolaron más de lo que ya estaban, me centre, aquello no me importaba, podían destruir aquella casa si les daba la gana, yo contribuiría con destruir una cama ¡oh joder ¿qué rayos estoy pensando?! Detuve mis pasos en el filo de la escalera analizando la situación, las manos me sudaban y las piernas me temblaban, joder- joder -joder, alce la mirada y vi como aquel sujeto me miraba divertido, se acercó tomando mi mano, guiándome a la tercera planta, aquella que estaba cerrada para la fiesta pero que él se atrevió a cruzar conmigo a su lado.
Cuando abrió una de las puertas cerradas, una cama matrimonial fue lo que nos recibió, supuse era el cuarto de los padres de la anfitriona de la fiesta, el sonido de la puerta al ser cerrada me trajo de vuelta a la realidad, cuando me di cuenta mi boca estaba siendo devorada por los labios de aquel sujeto que ni su nombre sabia, ¡dios aquello era una locura! Pero ¡diablos se sentía tan bien joder! Cuando pego más su cuerpo al mío, sentí su dureza rozar mi entrepierna que estaba igual o más dura que la suya, su lengua viajo al lóbulo de mi oreja introduciéndola despacio, mordiendo el borde, haciéndome soltar gemidos vergonzosos – C-como… -las palabras simplemente no podían salir de mis labios, la adrenalina que estaba experimentando era tal que me nublaba el juico – Kevin – ahora tenía un nombre que gemir, y el suyo se sentía bien en mis labios – y tú? – Jalo de mi oreja, chupándola con ansias – C-cesar – respondí como pude – Bien es todo lo que necesitamos saber del otro - me tumbo en la cama, el primero en estar desnudo fui yo, quien estaba bajo su escrutinio mientras se relamía los labios, el calor subió a mis mejillas indignado de ser el único desnudo en aquella habitación, abulte los labios en protesta y el susurro un “lindo” que me erizo completamente los bellos del cuerpo, cuando empezó a desvestirse sentí aquello como el peor infierno, sus movimientos jodidamente lentos jugaban con mi raciocinio, desesperado acerque mis manos a su torso, se sentía tan firme a comparación con el mío, no puedo quejarme de mi cuerpo pero lamentablemente la figura masculina no atribuyo el desarrollo de mi cuerpo, tampoco es que me importe y Joder… sus manos tocando mi delgada figura me desesperaban, su toque era firme, fuerte y salvaje, una de sus manos llego a mi miembro endurecido y jugo un poco con él, pasando el dedo regando el líquido que ya brotaba de él, su mirada era oscura como la noche, y tan profunda como el océano, acerco su boca la mía y ahogue todos los gemidos en ella, mis manos rodearon su cuello y mi espalda se arqueo cuando apretó mi miembro entre sus manos, el sube y baja de su manos me estaba volviendo loco, si seguía estaba seguro que acabaría pronto y no quería eso – e-esper…- no puede terminar la frase cuando una holeada de placer inundo mi cuerpo cuando su dedo acaricio la cabeza de mi glande, haciendo que eyaculara cual adolecente precoz.
Llevo sus manos a su boca, lamiendo mis fluidos, abochornado tome sus manos impidiendo terminara con su atrevida acción, sonrió en respuesta, llevando sus dedos a mi boca haciendo que probara mi propia esencia salina, lamí sus dedos, sin apartar la mirada de él, quien gruño por lo bajo, sonreí internamente, deseaba que se desesperara tal como yo lo estaba. Saco violentamente sus dedos de mi boca y junto sus labios a los míos – eres un chico sucio – susurro pegado a mi labios, cuando iba a responderlo introdujo un dedo en mi parte trasera haciendo que contuviera la respiración ¿Cuánto tiempo llevo sin hacerlo? Realmente no lo sé pero la incomodidad que sentí con el segundo dedo me indico que bastante, aquello era una tortura, sus dedos moviéndose dentro de mí, desesperándome al punto de mover mis caderas en busca de más – p-por favor …- rogué y me sentí patético por ello, pero joder se estaba tomando su tiempo, saco sus dedo y abrió un poco mis piernas para ubicarse mejor entre ellas, acaricio su miembro que se alzaba ansioso bajo mi atenta mirada, y se acercó introduciéndose fuerte y sin compasión dentro de mí, un grito escapo de mi boca, pero a él no le importo, mancillo fuerte mi esfínter sin importarle ya si me dolía o no, ya no estaba pensando en mí, estaba buscando su propio deleite y no me importo pues después de un tiempo mis gritos se convirtieron en gemidos necesitados de mas, quería que me follara más fuerte, y así se lo hice saber, sus ojos recorrían mi rostro mientras yo me deshacía en sus penetraciones, rodee sus caderas con mi piernas y mis brazos se volvieron cadenas sobre su cuerpo, mis uñas rasgaron su tatuada espalda y mis dientes se clavaron en su cuello, ¡dios aquellos era la gloria! Sus manos apretaban fuerte mis caderas impulsándolas y moviéndolas al ritmo de sus penetraciones, y cuando toco ese punto exacto me deje llevar por el placer manchando nuestro cuerpo al tiempo que el terminaba dentro de mí.
Bueno esta historia la cree motivada a un video de Marilyn Manson.