"No soy un héroe" [capítulo borrador]
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Me encerraron en un vagón del tren luego de capturarme los hombres de la compañía burgos. Estaba atado de pies y de manos a una silla de madera muy gruesa, y habrían pasado unas horas pues miraba al crepúsculo colarse a través de la ventana. El tren llegaría en al menos una hora más a la estación de Rubicante. Venían varios pensamientos a mi cabeza al mismo tiempo pero intentaba alejarlos debido a que eran innecesarios, sólo necesitaba concentrarme en la única cosa que necesitaba: la cabeza de la señora Burgos. Habían puesto a mi espada en una silla a unos pocos metros de mí. De pronto, escuché detrás de mí cómo se abría la puerta e ingresaban algunas personas. Por los pasos supe que se trataban de tres individuos. Uno de loa hombres comenzó a hablar.
—Mi señora, hemos capturado al intruso y lo llevaremos con nosotros hasta la mina, de ahí en más lo entregaremos a la policía.
—Excelente, capitán—dijo una voz de mujer anciana.—Por lo que puedo ver no se trata de un simple polizón, y de mucho menos un simple ladrón.—Sus pazos se aproximaron hasta mí junto a loa hombres y pude verlos de frente. Uno de los hombres, supongo que el que habló antes señaló al puesto de mi espada, y el otro hombre la cogió y se la enseñó a la señora Burgos.
—Así que carga una espada oriental. ¿Cómo era que las llamaban?—dijo la señora.
—Katanas, mi señora—dijo el hombre que la sostenía mientras la desenvainaba. La hoja brillaba como la luz de la aurora boreal.
—Este no es simple acero, es damasco, de la compañía burgos.—Comentó la señora mientras ojeaba la espada sin tocarla.—Pensar que un delincuente pueda tener algo así. Hace dos siglos que no se pueden hacer armas de este tipo.—Se dio la vuelta y me miró advirtiendo que cargaba una máscara. —Me pregunto de dónde este criminal habrá conseguido una reliquia como esta. Sólo las he podido ver en los álbumes de mi familia. Capitán Jeffrey, ¿por qué este sujeto aún carga una máscara?—El tono de la señora burgos era desafiante y directo.
—Mi señora—dijo el capitán que había hablado al principio—Quisimos retirarle la máscara al prisionero ante los ojos de usted.
—Ya veo—Respondió. —Entonces proceda—El hombre retiró la máscara de mi cara. De mi máscara haber sido alquímica, habría estado atada a mi voluntad y jamás me la habría podido quitar.
—Vaya, qué astuto—comentó la señora—cargar una máscara debajo de otra máscara. Al menos ahora puedo ver tus ojos. Escuché allá en Samour, por parte de Wallace Poncrator acerca de una maldición que había caído sobre la familia. Un fantasma, así es cómo lo llaman, ha asesinado a varios de sus miembros como a al sobrino de Wallace y a su nuera. Los que han visto a este supuesto fantasma lo describen como un sujeto vestido de negro que atraviesa paredes y que lleva una espada. ¿No serás tú por casualidad?—Miré directamente los ojos de la señora sin decir una sola palabra. Ella no bajaba la vista ni un solo momento y comprendí la clase de persona que era. Afirmé con la cabeza a su pregunta.
—Ya veo. Los muertos no hablan, ¿no es así?—Dijo con ironía. —Capitán, por favor, hágame los honores.
—Sí, señora. —El hombre pateó la silla y caí al suelo. A continuación, me dio una patada en el estómago y me sacó el aire. Ahora el capitán se agachó y me jaló del cabello retirándome la máscara de tela que me cubría del cuello hasta la nariz.
—Yo en tu posición mejor hablaría—dijo en mi oído.—Una basura como tú la pagará muy caro.
Intenté recuperar el aliento lo más rápido posible. La señora Burgos me veía como a un insecto el cual sólo le daba lástima.
—Igualmente no tenemos nada que pruebe quién eres.—Dijo ella.—¿Alguien lo vio atravesar alguna pared?—Ambos hombres negaron con la cabeza.—Puede que sea algún sujeto de alguna organización como oí comentar a lord Grillo en la ciudad. En ese caso, habrá muchos que aseguraran ser el supuesto fantasma. Pero hasta tú no creo que seas tan tonto como para afirmar que los fantasmas existen. Son sólo cuentos de hadas—dijo ella mientras me seguía mirando esperando alguna respuesta.
—Lady Burgos—dije.—Lamento informarle algo: los cuentos de hadas comienzan desde una tumba, y para su desgracia este tren será su tumba—dije y activé la capa sombra atada a mi voluntad, con ella sería intangible cinco minutos al día. Me deshice de las ataduras y me deslicé rápidamente detrás del hombre que llevaba mi espada. De nuevo me materialicé y recuperé mi arma. Era lo primero que debía hacer, sin Lumina no era más que un caparazón sin alma. Fue fácil, el hombre estaba parado como un idiota sin comprender nada, así que le quité la vaina y la espada.
—¡Capitán! Acabe con él—dijo lady Burgos. El capitán Jeffrey sacó su espada y comenzamos a combatir. El otro hombre se llevó consigo a lady Burgos.
—No sé qué demonio seas, pero si está en mis manos y en mi honor te detendré.
—Para mí es un honor que me llame demonio, capitán—dije y seguimos luchando.
El capitán tenia más fuerza de lo que aparentaba por su baja estatura y su edad. Era muy diestro con la espada. Estaba reteniendo cada uno de mis ataques. Nuestras espadas chocaban y el acero cantaba echando chispas. Una vez el capitán sintió que había recibido lo suficiente comenzó él mismo a atacarme. Nuestras espadas chocaron en un arco encima de nuestras cabezas mientas nuestras fuerzas las hacían tensarse y vibrar como las cuerdas de un laúd hasta que estas se separaron dejando una estela de chispas sobre nosotros. Ya habría pasado un minuto de haber iniciado nuestro combate. Y si bien no habían muchos hombres armados dentro del tren, no podía permitirle que trajera refuerzos. Acabaría con él en el siguiente golpe. Lumina era una espada grande para un espacio tan pequeño, se me hacia incómoda. Sin embargo, el estilo de mi oponente tenía un gran hueco: atacaba con las dos manos y después de dar un golpe se volvía lento. El capitán volvió a ponerse en posición de ataque y dio un golpe. Lo atajé con Lumina, y en ese momento driblé liberando a mi arma y me dispuse a cortarle por el costado derecho cuando él también dribló y pudo contener mi ataque apenas, lo vi tambalearse. Ya yo no podía perder más tiempo así que activé nuevamente mi capa y corrí hacia él, el capitán me atacó pero como a un fantasma, su espada sólo me traspasó. Me materialice detrás de él y corté su cuello. Una jugada muy baja de mi parte. Guardé mi espada y subí la máscara de tela. Ahora debía buscar a la señora Burgos en el tren. Las cosas estaban saliendo cómo las había planeado. En 40 minutos llegaríamos a la estación. Ese era mi tiempo límite, y todavía podía hacerme intangible unos 4 minutos con 40 segundos. Revisé mis cosas dentro de mi capa y no me habían quitado las navajas ni tampoco la pistola. A continuación, escuché pasos delante de la puerta. Me asomé y se acercaban cinco hombres improvisadamente armados. Tuve que hacerme intangible para esquivarlos. Ellos de todos modos ingresaron a la habitación en donde yo estaba. Al salir al siguiente barón, lo habían evacuado. Me materialicé. Perdí unos 15 segundos. La siguiente puerta estaba cerrada. Maldije y tuve que volverme a hacer intangible para avanzar. Los pasajeros me vieron aterrados y sorprendidos. No hacían nada. Abrieron espacio mientras me veían. Seguía avanzando intangible a través de varios vagones. Me materialicé y pregunté de forma amenazante a una chica que trabajaba allí. Esta asustada apuntó hacia los cuartos. No dijo nada y sólo entré. No había nadie. Volví a maldecir. Salí por la puerta y frente a mí había más hombres armados incluyendo pasajeros. Tuve que volverme a hacer intangible y avanzar hasta el cuarto del chofer. Y allí estaba ella junto con este. Apenas me vieron entrar por la puerta, los dos me respondieron con ráfagas de metrallas que sólo me traspasaron. Tuve que rodearlos para alcanzar el momento en que me pudiera materializar para desarmarlos. En eso, la señora Burgos logró darle unos tiros al maquinista y al aparataje del tren. Se quedó sin municiones antes de que yo pudiera haber encontrado la forma de desarmarla. Le quité el arma. Yo estaba nervioso. Podía escuchar los latidos de mi corazón. Tranqué la puerta. Finalmente tenía a esta asquerosa anciana frente de m
—No sé qué quieres de mí, monstruo, pero yo no tengo nada que ver con la familia Poncrator—dijo ella. Su rostro era una máscara de rabia. Si había miedo en él, era casi imperceptible.
—Señora Margarita Burgos, usted asesinó por órdenes al duque de Lancaster, Marcus Youngblood—dije sacando la espada.
—Ese era un pobre imbécil e idealista. Sus acciones estaban empobreciendo a la ciudad cada vez más.
—El asesinato del duque ha causado una guerra civil.
—Iba a suceder de todas formas. El asesinato del duque sólo fue una acción que aceleró la conclusión.—Dijo terca y orgullosa.
—La compañía Burgos es la responsable directa de la muerte de inocentes en el pueblo de Trebón; su compañía envenenó las aguas de río, matando plantas, animales y personas.
—Eres un idiota y un romántico. Vaya, ¿que acaso vienes a cometer venganza por los demás? De verdad que tienes un cuento de hadas en la cabeza.—Dijo ella ya mucho más serena sin apartar sus ojos de los míos. El tren aceleraba cada vez más. —Mátame si vas a hacerlo. Por lo que puedo notar, todos en este tren van a morir pero es algo que ocurre precisamente por tu culpa. Murió un duque problemático y unas personas en un pueblo olvidado por mi mano, pero aquí morirán más de 160 pasajeros en un solo momento porque apareciste tú. ¿Qué es lo que realmente estabas haciendo?
La anciana Burgos me había atrapado. ¿Realmente estaba haciendo esto por aquel duque? Apenas lo conocía, y era cierto que como político era peligroso. Su familia lo reconocía así. Y sobre lo del pueblo, sólo lo usaba como pretexto para matar a la señora Burgos. Pero lo que realmente quería yo era venganza. Hace 200 años la compañía burgos conspiró para asesinar a mi familia junto a los Poncrator. Después de eso, la familia Burgos asumiría muchísimas de las propiedades de mi familia y contribuirían a manchar nuestro nombre hasta hacerlo desaparecer. Sin embargo, esta anciana no había nacido hace 200 años, los responsables directos eran sus tatarabuelos, los cuales traicionaron a mi familia después de que asesiné a Anthony Burgos, pero él era sólo un esclavista que secuestraba mujeres para venderlas, entre ellas a mi hermana. Si yo no lo hubiera confrontado en aquel entonces, entonces me habría apartado de ella y ya no tendría a nadie conmigo. Las cosas materiales que tengo están unidas a mi voluntad como mi capa de sombras y Lumina. ¿Había hecho lo correcto al asesinar a Anthony hace 200 años?
—¿Y bien?—Dijo ella sacándome de mis pensamientos. Ella había desenfundado una pistola pequeña, me apuntó y me disparó pero pude evadirla aunque la bala me rozó el lateral del hombro derecho. Le di una patada y le quité el arma. Varias personas se estaban precipitando hacia la puerta. Podía oírlos. —Mátame, pero esta también será tu tumba. No eres un héroe.
—Tiene razón señora Burgos, no soy un héroe—dije y clavé la espada en su cráneo. Miré y advertí que el tren chocaría en los próximos diez minutos. Los frenos de emergencia no funcionaban. Esta corrupta compañía de todos modos pensaba convertir a este tren en una tumba. —Escuchen todos, en los próximos minutos este tren va a chocar. Si es posible frenarlo, háganlo. Aquí donde estoy los aparatos no funcionan. La señora Burgos los destruyó—dije a la puerta y del otro lado escuché la conmoción. Entonces me lancé al vacío siendo intangible con los últimos diez segundos que quedaban. Cuando me materialicé seguía dando vueltas sobre el suelo. Si es gente moría, no lo sabría en ese momento. Entonces pensé en lo que había hecho y en lo que había deseado. Pensé en la máscara que yo mismo usaba y que no me permitía ver dentro de mí. Y ahí fue cuando supe que todo lo que había deseado desde aquel día era la destrucción y el olvido de todo a lo que odiaba.
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demasiado brutal (Y).. espero seguir leyendo cosas como esta, saludos (Y)
Claro que vas a leer más cosas como esas en este blog. Un abrazo :)
Hola, es agradable la lectura, buena historia, bien ambientada, describes todo alrededor del personaje, me gustó "una máscara debajo de otra máscara" me gustaría leer el capitulo ¿que paso con el tren?
El tren chocó inevitablemente. Los pasajeros murieron. Pero los detalles del personaje los dejaré para muy pronto. Gracias por leerme, amigo.
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