Las leyes en Arabia Saudita y obvio su base religiosa que las hacen tan “peculiares”.
La migración es un fenómeno social que se da por la simple situación siguiente: Los gobiernos, los políticos no cumplen con los mínimos requerimientos de un gobernante que proviene de una elección popular, esto se da en muchos países, Medio Oriente no es una excepción, y este es uno de los muchos casos, trabajadores migrantes viajaron a Arabia Saudí para trabajar en la construcción del metro de Riad fueron obligados a pagar comisiones de contratación, condiciones peligrosas debido al calor, salarios miserables durante un decenio de graves abusos.
“Nadie elige trabajar en estas condiciones” un informe presentado por Amnistía internacional documenta abusos laborales del sistema de transporte público de Riad, el metro recién inaugurado fue construido por destacadas empresas saudíes e internacionales bajo la dirección del gobierno, y está previsto que se amplíe.
“El metro de Riad se ha celebrado como la espina dorsal del sistema de transporte de la capital, pero bajo su elegante exterior yace un decenio de abusos posibilitados por un sistema laboral que sacrifica los derechos humanos de los trabajadores migrantes, esta legislación tiene su base fundamental en la Sharia o ley islámica, que a su vez se deriva del Corán y la Sunnah (Recuerden eso a los que ahora defienden al Islam) estos trabajadores, ya de por sí agobiados por la carga de unas comisiones de contratación desorbitadas, soportaron jornadas agotadoras por unos salarios de miseria”, ha manifestado Marta Schaaf, directora del Programa de Clima, Justicia Económica y Social y Rendición de Cuentas de las Empresas de Amnistía Internacional.
En el reporte de Amnistía Internacional habló con 38 hombres de Bangladesh, India y Nepal que habían sido empleados por una diversidad de empresas saudíes e internacionales para todos ellos, los abusos comenzaron antes de salir de sus hogares, cuando les pidieron que pagaran a agentes de su país de origen entre 700 y 3.500 dólares estadounidenses en concepto de comisiones de contratación y costes asociados, lo que hizo que muchos de ellos contrajeran una fuerte deuda y agravó su exposición a nuevos abusos, aunque debe decirse que la ley saudí que prohíbe que se cobren a los trabajadores comisiones de contratación.
“Pagué 100.000 rupias (700 dólares estadounidenses) al agente de recursos humanos, pero en los preparativos gasté 200.000 rupias en total (1.400 dólares estadounidenses), pedí prestado algo de oro a los padres de mi esposa, lo vendí y conseguí un poco de efectivo”.
Ya en Arabia, muchos trabajadores recibían menos de dos dólares estadounidenses por hora, mientras que otros percibían apenas la mitad de lo que les correspondía como obreros, limpiadores y asistentes de oficina en el proyecto del metro de Riad, siendo este salario tan bajo que la mayoría (Por no decir todos) debieron realizar horas extras.
Las largas jornadas que los trabajadores dedicaban al proyecto del metro de Riad se veían a menudo agravadas por el implacable calor: algunos describían la situación como estar “en el infierno”. Con temperaturas que a menudo se mantenían en al menos 40° C durante más de ocho horas los meses de verano, Janak, de India, contó que se sentía presionado para trabajar con calor extremo por el personal de grado más alto del contratista para el que trabajaba.
Muchos trabajadores denunciaron también otros abusos, como confiscación de pasaportes, condiciones de vida insalubres y de hacinamiento, mala alimentación y trato discriminatorio basado en la categoría laboral.
De hecho, a pesar de las limitadas reformas, el sistema de patrocinio, denominado kafala, sigue existiendo en la práctica, obviamente esto siendo sólo una simulación en la protección de los DDHH de los trabajadores, principalmente para “satisfacer” a organismos cómo la ONU, que simplemente son decorativos, con las cuestiones de proyectos importantes que se viene por parte de Arabia Saudita la compra de diversas empresas (O la posibilidad de ello, se dice sobre la posible compra de Warner, de compañías de Videojuegos cómo Electronic Arts) obviamente alinearse a ciertos aspectos en cuanto a el seguimiento de leyes internacionales (Qué ojo, no significa sea bueno o malo se deben adherir habría que ver cada legislación en particular, por ejemplo si sumaran políticas DEI, WOKE, obviamente serian violaciones a los DDHH de un sector de la población y saltarse la meritocracia reconociendo derechos que no tienen una equidad real).
Obviamente debe existir una protección a los DDHH de todos los trabajadores que LEGALMENTE, dejen su país y busquen oportunidades de prosperidad para sus familias (Porque sus países de origen, o mejor dicho sus políticos no logran otorgar) y esto no solamente para Arabia Saudita, los países de estos trabajadores por ejemplo, India, Nepal, deben estar pendientes de estas oportunidad de trabajo para sus ciudadanos y protegerlos, y cómo punto toral, mejorar su economía para que estas situaciones no deben presentarse.
Y recuerden, todos los políticos de todos los colores (Partidos) son iguales, cuando un partido no les otorga una retribución u puesto, simplemente buscan otro partido o crean el suyo.
Tal vez sea al contrario, claro esta es mi humilde forma de pensar ¿Y la de ustedes?
Héctor E. V. Villanueva.
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Fuentes: Diversos portales en internet sobre DDHH.