El tiempo es un elemento sensorial que envuelve la mayoría de las acciones humanas en nuestra vida: Trabajo, citas, escuela, sociedad, economía, en tanto, lo sentimos como aspecto psicológico. El ser humano tiene una férrea creencia en el tiempo, más el tiempo no existe. Las aportaciones científicas lo argumentan. Refiero el componente científico porque las opiniones y consideraciones empíricas carecen de veracidad para muchos; en tanto, desde la racionalidad y lo verificado en las distintas disciplinas científicas, ya hace rato que consensan que el tiempo no existe. Fuente.

A medida que los años pasan el tiempo va mucho más rápido. En la niñez el tiempo se percibe más lento, la percepción del tiempo varía con la edad. Esto ocurre porque la observación y análisis ralentizan el tiempo, los niños recogen mucha información que es asimilado por su cerebro que pasa por un estado de análisis que hace ralentizar el tiempo. En cambio, en los adultos se acelera. Hacer cosas nuevas es una forma de supervivencia para el ser humano. Por otra parte, factores como la temperatura, espacio y los hechos que capta nuestro cerebro, modifican la percepción del tiempo.

La creencia en el tiempo distorsiona y nubla la conciencia humana. En la naturaleza existen los ciclos. Los ciclos no tienen nada que ver con el tiempo. Cuando hablamos de tiempo y utilizamos reloj y calendario estamos actuando y percibiendo lo lento o rápido de nuestras acciones por referencia de estas herramientas, si no las utilizáramos no sabríamos lo que es el tiempo. Nuestra experiencia nos dice que pueden ser muy cortos o largos, todo depende de las experiencias que estemos vivenciando de acuerdo a las condiciones y factores ambientales en que se den.

Habiendo reflexionado en cuanto al tiempo, manifiesto que si tuvieras la oportunidad de viajar por el espacio-tiempo, sin saber el destino, no lo haría. Ahora bien, de tener posibilidad de estar en épocas pasadas (más no de ir al pasado, sino de trasladarme a otra época en la que se dieron una serie de acontecimientos) me agradaría experienciar la época colonial para recrear y documentar mejor algunos eventos extraños o poco difundidos.

Respecto a la tercera interrogante, considero que es más compleja, por tal motivo voy a poner rumbo brevemente que sobre el ciclo de acontecimientos acaecidos en épocas pasadas o experiencias futuras, es oportuno mencionar la existencia innegable de los ciclos naturales, verbigracia, los ciclos biogeoquímicos: Carbón, azufre, agua, nitrógeno, fosforo y oxigeno; también, de las mareas, sol, Tierra (aquí la gran distorsión y embrollo sobre la creencia en el tiempo), acá hago una pequeña digresión, la humanidad en su afán de querer aproximarse a los cambios naturales que envuelven los diversos procesos de movimiento planetario, celebró la invención del calendario y reloj con sus conocidos desajustes o imperfecciones. Retomando la idea central, están los ciclos hidroclimáticos, ciclo menstrual de las mujeres y otros… Fuente

Dicho lo anterior, como afirmé en la respuesta a la segunda pregunta, vivenciaría en la época colonial solo para recrear y documentar hechos, más no para modificar o alterar los acontecimientos del presente. Mis principios y concepción metafísica, aparte de lógica, razón y estado consciencial me llevan a la conclusión que no. No alteraría el curso de la historia y estado del presente.