Pensamientos de una niñez agonizante
Había una vez un niño en el jardín de su fe
Regando a diario su ilusión.
Había un joven contemplando el atardecer
Esperanzado al escuchar aquella canción.
Había un alma ansiosa de ver
La belleza del amor y su emoción.
Había una vez aquel niño de jardín
Que un día su rosa se le marchitó.
El niño recuerda hoy lo que soñó esa vez
La esperanza desbordada que llevaba su ser.
El niño recuerda la idea de florecer
Bajo el árbol que protegía su firme creer.
Así con el tiempo se fue su niñez
Y por los años el jardín fue perdiendo su color
Se hizo adulto y prefirió dejar arder
Cada flor en su vivo esplendor.
La soledad era lo único que lo acompañaba
Y la nostalgia era lo único que le quedaba.
El adulto a ese niño dejó atrás
Deseando que tanto el jardín como el niño
Desaparecieran al momento de incendiar.
Sobrevivió, pero con tantas quemaduras
Que abandonó por completo a su alma pura.
Siguió adelante, pero con tanta amargura
Y a su corazón marchito le puso cerradura.
Aquel niño a veces piensa en soñar una vez más
Pero la paz le esquiva por las noches.
Y el adulto siempre regresa para recordar
Lo oscuro de este mundo con tanto reproche.
El niño se arrepiente de su inocencia
Que le trajo tanto dolor y con su anuencia
Y reza en el abismo pidiendo desaparecer
Todo recuerdo de lo que soñó en el jardín una vez.
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