Si bien es cierto que todos venimos al mundo con talentos y potencialidades como lo exprese anteriormente, también venimos indefensos y dependientes y muchos individuos permanecen con esa condición toda su vida, por muchos factores como enfermedades, mal nutrición, desilusiones, relaciones infelices o demás experiencias de vida que pueden venir desde la niñez.

Un perdedor elude responsabilidades de si mismo, cae en el juego de la manipulación, utiliza máscaras por temor a que vean su personalidad real, por lo que evita la espontaneidad, tiene miedo de mostrarse, así como también probar cosas nuevas, se le dificulta dar y recibir afecto por caer en la manipulación de modo de lograr que los otros vivan de acuerdo a sus expectativas. Este tipo de personas raramente vive en el presente, dedicándose a vivir de los recuerdos del pasado o de las expectativas del futuro.

Algunos perdedores se consideran exitosos pero ansiosos, exitosos pero atrapados, exitosos pero infelices, otros como derrotados, sin objetivos, sumidos en aburrimiento o incapaces de avanzar, sin darse cuenta que solo ellos pueden modificar esa realidad porque no asumen su responsabilidad, atribuyéndola a otros.

En este punto dirás que eres un ganador y te felicito por ello, sin embargo es necesario que sepas que en algún momento hemos estado en un bando o en otro, la diferencia está en la actitud que se asuma ante la vida, mirando desde el interior y a partir de ahí transitar, lo importante de esto es darse cuenta en cual te encuentras en este momento de tu vida, y si por algún motivo no te sientes conforme, pues ponte en marcha y modifica tus hábitos para estar donde deseas estar.