Noche 3.
Qué bonito despertar y tenerla ahí. Qué bonitas las noches donde me mantiene en sus brazos y la vida comienza a cobrar sentido, empiezo a recibir un poco de lo mucho que me ha quitado.
Rodearme en sus caderas y escuchar como respira, mirar sus ojos cerrados y preguntarme si es conmigo con quien sueña. Pensarla incluso teniéndola a mi lado. La encuentro besándome el alma mientras en un susurro a mitad del sueño me dice cuánto me quiere.
¿Cuánto tiempo pasará para que despierte? Quizás unas horas o incluso puede despertar ahora mismo, pero quisiera tenerla aquí en mi pecho hasta que ya no me quede sin fuerzas para amarla, hasta que ya no hayan motivos para respirar, porque sé que nunca me quedaré sin ganas y siempre tendré razones para seguir aquí.
Me arma y desarma en un suspiro y con un susurro me devuelve el aliento.