¡Aceptate!

A lo largo de mi vida me ataqué constantemente, jamás me sentí suficiente, cree estándares tan altos y al darme cuenta que no podía alcanzarlos , caí en un hueco tan profundo del que aún estoy intentando salir.

Hubo momentos en los cuales ni siquiera podía acercarme a un espejo sin sentir odio o repulsión. Me sentí menos que los demás, tanto, que sentía que estaban a mi lado por lástima. Culpable, fracasada, débil, inútil... El mínimo error o problema que sucediera a mi alrededor, de seguro era por mi culpa...

Lloré, me odié, incluso grité y nadie me escucho o quizás nunca quise ser escuchada y el volumen de mi voz fue mas bajo que el de mis pensamientos. Recuerdo que sentí miedo, nadie podía enterarse de lo patética que me sentía . ¿Qué dirían de mi? Seguro un: ''¡Te creía mas inteligente!'' o ''¡Deja de preocuparte por pequeñeces, no seas tan superficial!'' o mejor un ''¡Madura, la vida va mas allá de eso!'' o no no no, la frase clásica: ''Seguro es la adolescencia que la tiene así, ¡ya se le pasará!''.

Me censuré tanto, por miedo al rechazo, por miedo a quedarme sola, que se me olvidó como expresarme y en ese momento, entré en guerra con el mundo; cada lágrima la convertí en odio, en arrogancia, en soberbia, lastimaba antes de salir lastimada. Construí la mejor coraza posible, poco a poco, con los mejores materiales, sin duda pensaba que me sentiría mejor actuando como alguien que no era yo. Y ahí, se hizo realidad el mayor de mis miedos, la soledad.

Olvidé hacer amigos de verdad, olvidé que era el calor de un abrazo, olvidé que era decir un ''te quiero'', olvidé que era una sonrisa sincera, olvidé tantas cosas.. Pero, sobretodo, olvidé disfrutar los mejores momentos, olvidé disfrutar las cosas que conllevaba mi edad, olvidé crear recuerdos mágicos que posteriormente convertiría en anéctodas, por batallar conmigo misma.

Ahora entiendo que no puedo ser perfecta, que quizá no puedo satisfacer los deseos de todos, que no puedo ser lo que todos esperan que sea,pero ahí está lo hermoso de la vida, la imperfección. Hoy soy real, con fracasos, debilidades, miedos y defectos, hoy soy yo y estoy orgullosa de serlo, no soy perfecta y no pretendo serlo nunca, ¡hoy soy humana y río y lloro cuando me da la gana! Que importa el que dirán, se vive mejor cuando solo te importa lo que pienses tu de ti.

Hoy soy la oveja negra de la familia y me alegro de ello. Soy la oveja negra y estoy orgullosa de serlo. Y espero serlo siempre!