Lectura orante de la Palabra.
Lunes de la semana XVI del Tiempo Ordinario. Santa Brígida, religiosa.
1.Libro del profeta Miqueas. El Señor entabla juicio contra su pueblo. Ya te he explicado lo que es bueno, lo que el Señor desea de ti: que practiques la justicia y ames la lealtad y que seas humilde con tu Dios.
2.Evangelio. Jesús dice a algunos fariseos que le piden una señal prodigiosa. Los habitantes de Nínive se levantarán en el día del juicio y los condenarán porque ellos se convirtieron con la predicación de Jonás y aquí hay alguien más grande que Jonás. La reina del sur vino de los últimos rincones de la tierra a oír la sabiduría de Salomón, y aquí hay alguien más grande que Salomón.
3.Salmo responsorial. “Dios salva al que cumple su voluntad”. Jesús se reunió de discípulos. Eran gente joven. Quiso que estuvieron con él para enviarlos a predicar. Unos eran pescadores, pero otro era publicano y cobrador de impuestos. Lo dejaron todo, se dejaron transformar. Fueron testigos. Se buscan testigos. Esto es una novedad hoy.
Lo novedoso, fascina. Es único, atrae. Hay bandas famosas coloreadas por las luces, cantantes de gestos violentos que reúnen multitudes, que aturdidas por el ritmo se retiran, se dispersan y ahí acaba todo.
Todos exigen practicar la justicia, sienten que sus acciones son pesadas y no se diluyen fácilmente porque van a ser juzgadas. ¿Quién será capaz de anunciar que hay uno más líder que Jonás, más sabio que Salomón? ¡Esta generación espera esta prodigiosa señal!
Gracias por estas palabras de reflexion, saludos