La grandeza de el Espíritu Santo , transforma.
Pablo dice (Romanos 8:12-15) que el Espíritu vive en nosotros. Nosotros, humanos, somos espíritus. Tenemos almas. Vivimos en cuerpos. Pero el ser verdadero humano es un espíritu. El ser verdadero no es el cuerpo. El ser verdadero es el espíritu que comunica con Dios. El Espíritu de Dios vive en nuestros espíritus. Cuando rechacemos el dominio de Satanás y nos entreguemos al dominio de Dios, abrimos las puertas al amor, la paz, a la tolerancia. Es notorio cuando el el Espíritu Santo mora en nosotros, reflejamos espiritualidad.
Es muy fácil lograr esa bendición, primeramente, pedir en oración dominio del Espíritu Santo en nuestra vida.
Lucas 11:13 Reina-Valera 1960
Pues si vosotros, siendo malos, sabéis dar buenas dádivas a vuestros hijos, ¿cuánto más vuestro Padre celestial dará el Espíritu Santo a los que se lo pidan?
Y en segundo lugar, reconocer todo aquello que no es aprobado por Dios, motivo que nos hará reflexionar sobre el bien y el mal. Por supuesto. si hemos pedido en oración su presencia sabremos concernir entre la espiritualidad y los deseos de la carne.
2 Corintios 3:18
Por tanto, nosotros todos, mirando a cara descubierta como en un espejo la gloria del Señor, somos transformados… en la misma imagen.
El Espíritu Santo, es lo mas noble que tenemos en nuestro cuerpo