Entre sus piernas
Con mente en blanco mirando el cielo, estaba yo fumando un cigarrillo en el balcón, de pronto una ráfaga de aire helado rozo mi pecho desnudo y levanto mis tetillas, frote mis brazos y regrese a la alcoba; me detuve al ver como la sabana cubría sus caderas, no podía dejar de ver sus glúteos bien proporcionados como cual DIOSA GRIEGA, su espalda arropada por esos largos y perfectos rulos dorados, de piel blanca y suave, el aire traía hacia mi el aroma de su libido, sus grandes senos sobresalían de su pecho y su posición bocabajo desataba en mi, los mas bajos y sucios pensamientos. Mi imaginación voló al momento en que llegamos a esa habitación, en donde con un beso rodee todos sus labios, acaricie su cara, mientras ella desesperada intentaba desvestirme, yo pacientemente olía cada centímetro de su cuello, besándola subí hasta su oído diciendo ¡TE AMO!. Poco a poco fue quedando sin ropa y postrándose sobre mi, comenzamos a ver el elixir; al reaccionar el nivel de excitación no era para menos y con un dulce beso la desperté para hacerla mía. Aprovechamos cada espacio, la mesa de noche, la ducha, donde con sus manos agarro la cortina de baño y el agua hacia desastre en el suelo.
Al volver a la cama, mi cara quedo envuelta entre sus piernas, en aquella profundidad de su deliciosa vulva...