A las orillas de una península se encuentra un pueblo pescador, todos sus habitantes gozaban de una gran tranquilidad, su vida era rutinaria pero feliz, niños jugando en la playa y practicando clavados desde los muelles cercanos, protagonistas de partidas y regresos de pañeros que salían antes de que saliera el sol a alta mar para lanzar las redes y obtener una buena pesca para el sustento de las familias de aquel lugar.

La rutina de aquel pueblo comenzó a cambiar con la sorpresiva llegada de un buque que venía del extranjero a esta hermosa tierra a buscar riquezas minerales para llevar a su gran país, los tripulantes quedaron encantados con aquel pacifico y paradisíaco lugar, sin saber lo que les esperaba.

Los habitantes y pescadores de ese lugar guardaban un gran secreto, la tranquilidad que gozaban era porque ellos respetaban un tesoro que salía a las orillas de sus hermosas playas al comenzar el ocaso, todos veían aquel hermoso objeto porque estaba elaborado de oro y diamantes, sin embargo nadie podía apoderarse de este joya, esta misteriosa pieza preciosa y de gran valor, era un libro, su portada estaba elaborado de diamantes, perlas y esmeraldas, sus hojas estaban hechas con hilos de oro puro.

Pero este misterioso libro no podía ser tocado porque pertenecía a un gran kraquen que se adormecía escuchando las historias que contenía las páginas de ese precioso ejemplar, una hermosa voz suave salía de él y tenía un gran poder sobre ese monstruo.

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En una de esas tardes, uno de los tripulantes del gran buque, paseaba por las orillas de una de las playas del pueblo admirando como se metía el sol, de repente ve a lo lejos algo que brillaba con gran magnitud y decidió ir a descubrir ese esplendor que le causaba tanta intriga, que mayor sorpresa cuando se fue acercando y descubrió aquel hermoso libro lleno de piedras preciosas y que a simple vista era de gran valor, volteó para todos lados para estar seguro que todavía se encontraba solo en la playa y que nadie lo estuviera observando, no vacilo en llevarse aquel libro, se quito la camisa y lo envolvió, corrió a toda velocidad de aquel lugar, fue a su camarote en el buque y guardo con mucho cuidado el libro, no le conto a nadie de esto porque solo faltaba un día para irse del pueblo pesquero, gran error cometió este marinero al no contar el tesoro con que se tropezó y de tomar el libro de esa orilla, pues éste desconocía de la leyenda del monstruo marino único dueño del libro.

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El gran buque zarpo a altamar y el marinero se encontraba algo contento pero a la vez nervioso de que le descubrieran el tesoro que llevaba escondido en sus pertenencias, pero este marinero al tomar aquel libro firmo su sentencia de muerte junto con las de sus compañeros, el ocaso volvió como todas las tardes y el libro no apareció en la orilla, comenzó a brillar en las pertenencias del marinero uno de ellos lo vio y constato que era el hermoso libro, pero éste, a diferencia de quien lo tomo, sabia de la leyenda que en el pueblo se contaba, que pertenecía a un kraquen y que no podía ser tomado de las orillas del mar ya que al caer la tarde el ejemplar hermoso y misterioso volvía a la profundidades del mar a adormecer al animal, el compañero del marinero que agarro el libro en la orilla, lo busco y le comento lo que observo en sus pertenencias en el camarote que compartían y le advirtió de la leyenda que había escuchado en ese pueblo, pero éste solo respondió:

Solo es una leyenda, no pasara nada, eso no existe, además mi querido compañero al llegar a nuestro país lo vendemos y nos haremos ricos y no volveremos a estar en un barco nunca más.

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Estos marineros quedaron en un acuerdo de hermandad y sociedad para compartir las ganancias que iban a obtener al vender ese tesoro, cayó la noche y solo había claridad en el mar por la luz de la luna y las estrellas que iluminaban el cielo, toda la tripulación dormía placenteramente esa noche sin pasarles por sus mentes que respiraban el último aliento de vida porque aquel kraquen venia por sus atesorado libro.

Mientras éstos dormían, sintieron un gran golpe debajo del buque, que los hizo despertar de forma inmediata, vieron como la nave se comenzó a mecer de un lado a otro con mucha fuerza y salieron despavoridos de sus camarotes gritando:

Tripulación algo le pasa a la nave, despierten al capitán y abandonemos el barco, nos vamos a hundir.

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A estos no les dio tiempo de escapar, aquel barco comenzó a hundirse a toda velocidad, era llevado por el gran kraquen a las profundidades del océano para ser todos devorados por el monstruo marino.

La gente del pueblo supieron lo que había pasado porque uno de los pescadores observando el ocaso a orillas del mar, vio el fantasma de aquel buque pasar cerca de la playa, desapareciendo lentamente y el libro nuevamente brillar en la orilla, episodio que se repetía al comenzar el ocaso en aquel lugar, el pescador propago lo que vio en la playa en el pueblo y uno de ellos solo exclamo:

La avaricia de los marineros extranjeros les costó la vida y no respetaron la leyenda del gran kraquen.

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Espero que les haya gustado mi post, les mando un gran abrazo