¡Todos tenemos una armadura que nos atrapa!
Hola queridos seguidores hoy les escribo inspirado en esos momentos en nuestra vida que nos sentimos atrapado por nuestra forma de ser, con la cual lastimamos a nuestros seres queridos sin querer.
El articulo de hoy es para invitarlos a pensar que ¿tanto os pesa esa armadura de acero? que nos colocamos debido a los miedos que contantemente tenemos, esos miedos pueden provenir de el dolor que nos produce las cosas o circunstancias en la vida, nos podemos convertir en una persona amargada, orgullosa, rencorosa o peor aun creer que somos la persona mas lista de todas, convirtiéndonos así en alguien arrogante; ¿Cuántas veces nos hemos topado con alguien que se cree sabérsela todas? A veces caemos en ese error cuando solo pensamos en nosotros mismo sin importar si hacemos daño a otro o no, por esta forma de pensar y ser nuestra esencia como ser humano se forma en una armadura vieja y oxidada que al tiempo ya ni sabremos quien éramos en realidad.
Cuando ya no sabemos quienes somos nos encontramos en un sendero sin salida, cuando nos damos cuenta que tanta arrogancia, orgullo, rencor etc… nos pesa tanto. Encontrar el camino de regreso para encontrarnos con nuestro YO verdadero se hace difícil, porque nos acostumbramos a esa vieja y oxidada armadura. Es por ello que el silencio es el mejor aliado, aunque nos duela la verdad el estar solo en silencio hace pensar y reconocer los errores que hemos cometido y con ellos lastimado a quienes amamos.
Cuando empezamos a reconocer nuestras faltas y aceptarlas nuestro ser interior ira cambiando y reflejaremos esa belleza y los demás se darán cuenta que tan bueno eres sin necesidad de ir demostrando que tan bueno puedes ser. Muchas veces nos amargamos la vida por decepciones, esto se debe a que siempre esperamos más de algo o alguien en vez de aceptar las cosas como es y como se presentan así nos ahorraríamos tantas decepciones. Cuando perdemos nuestra esencia y dejamos que las circunstancias nos cambien perdemos nuestro YO interior y reflejamos al exterior una armadura vieja y oxidada.