A lost notebook

in #verse7 years ago (edited)

I could never learn to write a single phrase of love.

I never knew how to entertain myself with the gambling games

Not once did I discover, to my satisfaction, the skillful handling of a provocative bunch of poker cards.

For the same reason, chess was indifferent to me and the same thing happened with the knot of the tie that I could never do.

Late I learned to tie my shoes, to decipher the hours of the clock,

to memorize the names of the streets and the subtraction and multiplication tables.

I hated college all my life, gray mornings when I had to get up to go to him.

Children's books were always few, for not saying any.

I have no heroes of that fresh memory of the parks and the dirty squares where I used to walk at any hour of the day.

I liked to buy the bread and stay alone whole mornings, while my teacher erased my obscure name from a list of voluntary castaways of dropout.

In some distant alley I lost one of my notebooks next to my chastity,

when a slight kiss came once to shake my legs.

With the pass of the years and the faces. I still want to repeat those initial gestures.

I still pretend to want to go back to the house every night.

Sometimes I search, I do not know where, a lost notebook, a kiss missed in memory


Nunca pude aprender a escribir una sola frase de amor.

Jamás supe entretenerme entre juegos de azar.

Ni una sola vez entreví, para mi satisfacción,

la diestra manipulación de un manojo provocativo de cartas de póker.

Por la misma razón, el ajedrez me resultó indiferente y otro tanto me ocurrió con el nudo de la corbata que nunca pude hacer.

Tarde aprendí a anudarme los zapatos, a descifrar las horas del reloj, a memorizar los nombres de las calles y las tablas de
restar y de multiplicar.

Odié toda mi vida el colegio, las mañanas grises cuando había que levantarse para ir a él.

Los libros de infancia siempre fueron pocos, por no decir ninguno.

No tengo héroes de aquella fresca memoria de los parques y las plazas sucias donde solía andar a cualquier hora del día.

Me gustaba comprar el pan y quedarme solo mañanas enteras, mientras mi profesora borraba mi oscuro nombre de una

lista de náufragos voluntarios de la deserción escolar.

En algún lejano callejón perdí uno de mis cuadernos junto a mi castidad, cuando un leve beso vino cierta vez a

estremecer mis piernas. Así pasaron los años y los rostros. Aún deseo volver a repetir aquellos gestos iniciales.

Todavía finjo querer regresar a la casa todas las noches.

A veces busco, no se dónde, un cuaderno perdido, un beso extraviado en la memoria.

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Beautiful read! <3

thank you very much