Valoración de la Displasia de Cadera en Perros

in #veterinario8 days ago

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Guía sobre la displasia de cadera en perros: Prevención y Soluciones


La displasia de cadera en perros es una patología ortopédica del desarrollo que genera una gran preocupación en los propietarios. Se define como una incongruencia en la articulación coxofemoral: la cabeza del fémur no encaja perfectamente en el acetábulo de la pelvis. Esta falta de ajuste provoca una inestabilidad que, de no tratarse a tiempo, deriva en un proceso degenerativo irreversible conocido como osteoartritis o artrosis.

En nuestra clínica veterinaria en Granada, subrayamos que la detección temprana es vital. Al ser una enfermedad con un fuerte componente genético pero influenciada por el entorno (ejercicio, dieta y peso), el seguimiento profesional desde los primeros meses de vida del cachorro marca la diferencia entre un perro activo y uno con movilidad reducida.

¿Por qué se origina esta enfermedad articular?


La causa principal de la displasia de cadera en perros es la laxitud articular. Cuando los ligamentos y músculos no mantienen la articulación firme, se produce un juego excesivo que daña el cartílago. Con el tiempo, el cuerpo intenta estabilizar la zona creando hueso nuevo de forma desordenada (osteofitos), lo que genera dolor e inflamación crónica.

Además de la herencia genética, existen factores agravantes. El exceso de peso en etapas de crecimiento ejerce una presión mecánica excesiva sobre una estructura aún blanda. Asimismo, una dieta con un balance mineral incorrecto puede acelerar la malformación. Entender que la displasia no es solo "mala suerte", sino una combinación de genética y manejo, permite a los propietarios tomar medidas preventivas desde el primer día.

Razas más afectadas y predisposición genética


Históricamente, la displasia de cadera en perros se ha asociado a razas de tamaño grande o gigante. Los Pastores Alemanes, Labradores, Golden Retrievers y Rottweilers son los pacientes que más frecuentemente atendemos por esta patología en nuestra clínica veterinaria en Granada. Su rápido ritmo de crecimiento óseo los hace vulnerables a desajustes en la maduración de las articulaciones.

Por el contrario, algunas razas como los galgos presentan una incidencia bajísima. Esto se atribuye a su potente masa muscular en el tren posterior, que actúa como un soporte natural para la cadera. Es importante recordar que, aunque su perro sea un mestizo o de raza pequeña, si presenta dificultades al caminar, debe ser evaluado por un experto en traumatología.

Síntomas clave: Detectando la displasia a tiempo


Los signos clínicos varían según la edad del perro y el grado de afectación. En la forma juvenil, los síntomas suelen aparecer entre los 4 y 12 meses. Los dueños suelen notar que el cachorro corre como un conejo (saltando con las dos patas traseras a la vez), tiene dificultades para subir al coche o se cansa excesivamente rápido durante el juego.

En perros adultos, la presentación suele ser crónica. El perro puede mostrar rigidez al levantarse por las mañanas, cojera tras el ejercicio o una pérdida evidente de masa muscular en los muslos. El dolor puede manifestarse como irritabilidad o reticencia a ser acariciado en la zona lumbar. Si detecta cualquiera de estos síntomas, una valoración especializada es urgente para evitar el sufrimiento del animal.

Valoración de la displasia de cadera en perros en Granada


La valoración de la displasia de cadera en perros es un proceso técnico que requiere experiencia y precisión. En Clínica Veterinaria Alcazaba, comenzamos con una anamnesis veterinaria donde evaluamos la marcha y detectamos posibles atrofias musculares. Sin embargo, la prueba definitiva requiere que el paciente esté bajo sedación profunda.

Durante la sedación, realizamos maniobras ortopédicas específicas:

  • Test de Ortolani: Buscamos el "clic" característico que indica que la cadera se sale y entra de su sitio.
  • Test de Barlow: Evalúa el grado de subluxación.
  • Estudio Radiográfico: Tomamos placas en distintas posiciones (extensión, posición de rana, proyecciones de distracción) para medir el ángulo de Norberg y observar si ya existen signos de artrosis. Esta valoración completa nos permite estadificar la enfermedad y proponer el mejor plan de acción.

Diagnóstico avanzado por imagen

Además de la radiología convencional, en centros de referencia como nuestra clínica veterinaria en Granada, podemos emplear técnicas de imagen avanzada. La Tomografía Computadorizada (TC) permite ver la articulación en tres dimensiones, eliminando la superposición de estructuras que a veces dificulta el diagnóstico en radiografías simples.

La ecografía músculo-esquelética también aporta información valiosa sobre el estado de los ligamentos y cápsula articular. Estas herramientas son fundamentales para planificar cirugías complejas, ya que permiten al cirujano conocer la anatomía exacta del paciente antes de entrar en el quirófano, aumentando significativamente las tasas de éxito.

Tratamiento Médico y Conservador


No todos los perros con displasia requieren cirugía inmediata. El tratamiento médico se enfoca en controlar el dolor y frenar la degeneración. Los pilares son:

  1. Control de peso: Es el factor más crítico; un perro delgado sufre mucho menos dolor articular.
  2. Nutracéuticos: Suplementos de Omega-3, condroprotectores y CBD para mejorar la salud del cartílago.
  3. Fisioterapia: Ejercicios controlados y natación para fortalecer la musculatura sin impacto.
  4. Farmacología: Uso de antiinflamatorios modernos y terapias biológicas (como monoclonales) que ofrecen largos periodos de confort con mínimos efectos secundarios.

Intervenciones Quirúrgicas: De cachorros a adultos

Cuando el tratamiento médico es insuficiente, la cirugía ofrece una solución a largo plazo. En cachorros, podemos realizar la Sinfisiodesis Púbica Juvenil, una intervención mínima que modifica el crecimiento de la pelvis para mejorar la cobertura de la cadera.

En perros jóvenes sin artrosis, la Doble Osteotomía Pélvica permite reorientar el acetábulo. Para casos graves o perros adultos, las opciones pasan por la Artroplastia de escisión (donde se retira la cabeza del fémur para eliminar el roce óseo) o la técnica más avanzada: la sustitución total de la articulación mediante una prótesis, que devuelve al perro una funcionalidad prácticamente idéntica a la de un animal sano.

La Prótesis Total de Cadera (THR)


La prótesis es el tratamiento de elección para devolver la calidad de vida total en casos de displasia severa. Consiste en reemplazar los componentes óseos dañados por implantes de titanio o polímeros de alta resistencia. Es una cirugía de alta especialización que requiere un entorno estéril y un equipo de traumatología experto.

Los beneficios sobre otras técnicas son incomparables: el perro recupera el rango de movimiento completo y deja de sentir dolor de forma inmediata una vez superado el postoperatorio. En unas 12 semanas, la mayoría de los pacientes pueden volver a correr y jugar sin restricciones, recuperando la alegría y la vitalidad que la enfermedad les había arrebatado.

En la Clínica Veterinaria Alcazaba, somos especialistas en el cuidado de la movilidad de tu mascota. No permitas que el dolor limite la vida de tu perro.

¿Te gustaría que evaluáramos la marcha de tu mascota? Solicita ahora una cita para una valoración de la displasia de cadera en perros y recibe un diagnóstico profesional y cercano.

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