Alegoría apátrida.

¡Buenos días! (si comparten la mismo hemisferio que su servidor)

Este es un relato corto, que ha sido escrito hace algún tiempo ya. Fue en honor a la muerte de los compañeros más fundamentales que un retraído social puede poseer: Sus perros. Para quienes no lo sepan, lo conocido como "la situación" en Venezuela, nos ha ocasionado variedad de perjuicios restrictivos, que es lo único que no escasea, e incluso así, el que hayan numerosas no significa que se goce de la escogencia.

Se llamaban Jaki, y Gary, éramos muy niños cuando los recibimos y veíamos muchísima televisión, uno era por Jakie-chan; porque era algo taciturno, calmado y vivía con los ojos entrecerrados, era el único asiático con un nombre pronunciable a parte de Jet lee pero mi perro no iba a estar peleando o saliendo en películas con Morgan Freeman, y el otro por el caracol de Bob esponja.

No disfruto llamarlos "mascotas" (ni en vida ni en recuerdo), a decir verdad, la raza me importa menos que ver deporte en la televisión o las apuestas, presento una discapacidad para juzgarlos, dado que ellos son almas puras que solamente conocen el sentido de protección, la camaradería y el agradecimiento.
Esto me recuerda, para quienes hayan visto ya la asombrosa película de "A dog purpose" o como el título en habla hispana "La razón de estar contigo", la canción promocional del trailer, Yael Naim cantando "New soul":
"Soy un alma nueva, he venido a este mundo esperando poder aprender acerca del dar y el quitar"

Por cierto, ella es una gran artista.

Volviendo al tema... La brevedad a continuación está siendo relatada de parte de un pobre animal, sobreviviente, que sufre por no poder entender la proximidad de la muerte ni la partida de su hermano, que es tratado como secundario y dispensable por una familia cuyas cabezas sólo ven a la "mascota" como un sistema de seguridad que funciona con perrarina. Fueron abandonados, lejos, para ser encontrados dilatoriamente como cadáveres no muy lejos de nuestra "casa" ¿fueron despedidos entonces? Que el equilibrio les cobre, a aquellos de recursos humanos.

Él no merece afecto, no merece respeto, no merece que lo mencione con un artículo, es... ¿Eso?
Probablemente la explicación tan detallada es un poco innecesaria a estas alturas, pero mi voz interna me dicta que es lo menos que puedo hacer, un exordio en honor a los caídos.

Bueno, sin más nada que agregar, por ahora:

"Ah decir verdad, no recuerdo siquiera cómo llegamos a este punto. Aunque tampoco me esfuerzo, desde que me reconocí que llevar la cuenta de los días no me estaba ayudando para nada. Los números, las horas, el calendario, han pasado a ser un sistema de medida para la miseria flagrante, injustamente, para los vigilantes, los protectores sin tregua y ahora sin refugio. Para mí (porque hace días que ya no somos "nosotros") toda hora es la hora de la cena, sobre todo desde que se nos adjudicaron estos ayunos extendidos en contra de nuestra voluntad... La mitad del tiempo la paso intentando volver al hogar en la cual no somos bienvenidos ( hasta la puerta, nada más; quisiera ver sus caras, cuestionarlos con mi rostro inmutable y mi mirada, según ellos, indefinida), y la otra mitad del tiempo, sólo transcurre de forma preferencial, mi malestar aumenta, por mucho que busco sin descanso no consigo nada que conozca, nunca nos llevaron a pasear en campo abierto, ¿Siempre habrán considerado esta posibilidad?.
Mis costillas están a flote, son el harpa de la huelga, los barrotes del día siguiente que me es negado, la cuerda donde guindo mi piel para que amanezca seca por la mañana.

En el hipotético caso de que lo haya alguno... Pero, no creo poder descansar sin responder la siguiente incógnita: Aún no comprendo por qué mi compañero de nacimiento decidió rendirse y descansar para siempre, por algún motivo, con los ojos abiertos. Siempre me atacaba al darle la espalda y lo tenté varias veces pero nunca me devolvió el estímulo. Pero, luego de su partida, no podía seguir diciendo "nosotros", volví a ser "yo", de alguna forma, mas no tengo un sólo recuerdo de mis ojos abiertos sin su presencia, por lo cual ha sido difícil de actualizar. Luego de que me vaya...
Porque con cada paso que doy... siento que algo se me deja de dar... siento que... estoy dejando algo que cada vez tiene menos importancia...
¿Quién protegerá la casa? ¿Qué será de nosotros?

Fin.

Este relato, ha sido difícil para mí, pero de no exteriorizarlo se hubiese podrido dentro de mi persona. Esto es algo bastante íntimo que decido compartir por dos razones:

1. La gratitud que siento por como fue recibida mi primera publicación.
2. Actualmente vivo con un buen amigo que tiene un Golden retriever. Disfruto pasearla, su nombre es Athena, siento que de alguna forma hacer las cosas como consideras correcto con las futuras oportunidades es una forma de rendir homenaje a los fracasos o carencias pasadas. En esta residencia; hay una niña excéntrica y particular, que un día mientras paseaba a la perra, se le acerca, ignorándome de una manera natural, casi me hacía dudar de mi propia existencia, y dice lo siguiente mirándola:

• Se parece tanto a Apolo...
  Me pareció curioso, ¿habrá algún modismo de nombrar a los caninos por deidades?
  Voltea a mirarme, como si me concediese la vida en ese preciso momento y prosigue:
• ¿Sabes? Yo siento, que Apolo me habla mediante todos los demás perros que se sienten agradados conmigo, como ella...
  ¿Acaso la había llamado ella, tratándola como un igual?

Ella, la hermosa alma que se encierra y libera dentro de esta niña, que responde al nombre de Camila, fue una parte importante de mi decisión por compartirles esto.

Esta es la única prueba que tengo que transitaron por este mundo, son los primeros dos, el otro era de un amigo, que, según me contó, también corrió con una suerte semejante.

Bueno, le agradezco a quienes puedan permitirse leerme.
Hasta la próxima letra.