Desafío Steemit s28wk3: Cuando regresa la esperanza

_{Imagen creada con Gemini}

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Nina solía decir sobre sí misma, como una manera de expresar su talante sincero, y acompañándose siempre de su sonrisa encantadora: Yo soy una chica sin preámbulos ni acotaciones al margen, sin mensajes subliminales… y comenzó a repetirlo con mayor frecuencia desde el día en que Ronny regresó a la empresa. Desde el principio, sintió curiosidad por aquel hombre ensimismado y metódico que podía quedarse por largo rato observando el paisaje a través de los amplios ventanales y solo hablaba de vez en cuando para expresar lo estrictamente necesario. Se dio cuenta enseguida también de que casi todos los compañeros de trabajo lo trataban desde una distanciada formalidad, como escogiendo cuidadosamente los gestos y las palabras para evitar incomodarlo.

Para Ronny, por su parte, resultó inevitable comparar a Nina con Sameera, ese antiguo amor que sin ninguna consideración le fue infiel en los momentos en que él pensaba que pasarían la vida juntos. Ambas mujeres ostentaban esa rara belleza que lucen los espíritus independientes, el carácter afable y sugerente de las féminas que se encuentran seguras de sus decisiones y la capacidad para adaptarse a las más disímiles circunstancias, mientras dan la impresión de que disfrutan de todo cuanto llevan a cabo. Nina, sin embargo, carecía de los ímpetus y las suspicacias que exhibía Sameera cuando se empeñaba en alcanzar cualquier objetivo; su risa, sus acciones y sus iniciativas estaban envueltas con el apacible velo de la tranquilidad.

Ronny estaba consciente, por supuesto, de que Nina repetía su consigna favorita sobre la sinceridad para sugerirle que fuese más comunicativo, con el propósito de incorporarlo a las charlas y las bromas que todos los empleados llevaban a cabo en los ratos libres y en los encuentros de fines de semana. No obstante, aun cuando se sentía atraído por ella, intentaba alejarse de una posible relación sentimental, por nada del mundo quería volver a padecer las dolorosas experiencias anteriores. Sin embargo, no podía evitar que su mirada la buscase a cada rato en su escritorio, ni dejar de inventarse las más nimias excusas para caminar hacia la oficina en que ella trabajaba o pedirle su opinión ante cualquier problema con los informes que debía presentarle a la gerencia.

Cuando Nina preguntó a los compañeros más allegados a Ronny cuál era la razón por la que este se había ausentado por tanto tiempo de sus labores y le contaron su dolorosa historia de amor con Sameera, ella solo comentó sin titubear: Ay, qué hombre tan aburrido. Yo procuro alejarme siempre de esos sujetos tan sentimentalmente empecinados. Y quiso, en verdad, desinteresarse de eso, pero reconocía, por otro lado, que le gustaban sus acercamientos, que le inquietaban sus miradas furtivas y que ahora sentía la irrefrenable curiosidad por conocer qué ocurría en el alma de un hombre abatido por una pena de amor. No pudo esperar más; esa misma tarde le repitió a Ronny que ella era una chica sin preámbulos ni acotaciones al margen y lo invitó a pasear por la ciudad en cuanto terminase la jornada de trabajo.

Mientras caminaban por las calles, Nina le confesó que deseaba conocer su historia y determinar de una buena vez si él estaba consciente del desasosiego que había provocado en esa alma suya que ya no encontraba la serenidad del pasado. Ronny condujo sus pasos hacia el parque y le relató cómo un providencial jardinero le enseñó que un árbol seco podía florecer en primavera para llenar de vida el paisaje.

— Esa sencilla lección me sacó del abismo tenebroso en que me encontraba, aunque debo reconocer que todavía siento miedo de ser nuevamente lastimado por el amor.

— Ronny, lo que pasa es que continúas viendo de forma equivocada esa experiencia -le contestó Nina-. No debes centrarte en las palabras del jardinero, sino en las facultades del árbol para renacer cuando llega el tiempo de hacerlo. Ese árbol florecería de todos modos, sin importar que el jardinero lo podara o no, él solo ayudó al proceso, lo acondicionó para que emergiera de acuerdo con sus estéticas intenciones. En esta vida debemos estar siempre dispuestos a florecer y aceptar que podemos tropezarnos con un jardinero o con una mala persona que se encuentre dispuesta a impedir que lo hagamos. Así es la realidad, llena de beneficios y contrariedades y nuestra misión es enfrentarla para seguir adelante… En estos momentos yo quiero ser tu jardinera para florecer juntos, pero solo tú puedes asumir las riendas de tu destino.

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