Steemit Challenge s28wk3: When Hope Returns / Cuando la esperanza regresa

Ronny decidió dejar de trabajar por algunos días, debido a toda la devastación que invadía su mente. Sentía como si el invierno fuera más frío, como si el cielo fuera más oscuro de lo normal, pues la ruptura con Sameera le había dejado el corazón partido, después que, tras haber contratado a un detective privado, se enteró que la chica le estaba siendo infiel. Ella se mantenía con Ronny tan solo porque era generoso y le daba dinero. Al enterarse de aquella injusticia, él fue adonde ella y le dijo: “Creías que me ibas a seguir engañando, pero esto ha llegado a su fin. Eres una mujer ordinaria y careces de escrúpulos”. Entonces la joven le respondió: “Tómalo como quieras. A final de cuentas, tú eres bastante feo y ya no me gustas”.

Para huir un poco de la tristeza, de la soledad y del silencio, Ronny decidió salir al parque todas las mañanas, tratando de que la naturaleza le calmara el espíritu. Fue cuando observó a un jardinero podando las ramas de un árbol que se veía como muerto. Le preguntó a aquel hombre por qué hacía eso y este le respondió que aparentemente el árbol estaba seco, pero que, llegado el momento apropiado, volvería a florecer. Ante aquella respuesta, Ronny pensó sorprendido: “Ese árbol se parece a mí: se ve seco, acabado, sin vida, todo feo. Al menos las flores renacerán sobre sus ramas, pero, en mi lugar, el amor no florecerá nunca más”.

Los paseos por el parque le sentaron bien, porque, a medida que pasaban los días, la pesada sensación del despecho, poco a poco, se iba desvaneciendo. Mientras tanto, se fijaba en cosas sencillas como el olor a tierra mojada, el aroma de las plantas, los primeros rayos del sol y el canto melodioso de los pájaros. Unos días después, llegó la primavera y las ramas del árbol que parecía muerto, se llenaron de flores color de rosa.

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Entonces Ronny decidió volver al trabajo. Allá estaba su amigo Bruno, quien le dijo: “El buen trabajador siempre regresa a su trabajo. Ni siquiera me volviste a llamar. Pero me alegra volverte a ver. Nos has hecho mucha falta”. En eso pasaba por allí una joven que Ronny no conocía; Bruno la llamó y se la presentó: “Esta es Nina, nuestra nueva empleada”.

En adelante, Ronny se dio cuenta que Nina se asemejaba en la risa a su antigua novia, aunque quizás era un tanto más sexy, porque hasta se parecía a la actriz Jennifer López. Pero, en el acto, el hombre pensaba: “No. Más nunca me volveré a enamorar. No quiero decepcionarme otra vez. No me quiero sentir otra vez como un cadáver”.

Luego, estando en la cafetería, Bruno le aconsejó: “Un mal amor se olvida con un nuevo amor. No te amargues la vida. No todas las mujeres son malas. Por ejemplo, fíjate en Nina. Es un verdadero caramelo. Me dijeron que es divorciada y que estuvo casada con un tipo bisexual que fumaba mariguana. Nina está un poco usada, pero me parece una buena chica, mucho mejor que la serpiente que hasta hace poco tuviste”. Pero Ronny se empecinaba en lo mismo: “No quiero volver a ilusionarme”.

Bruno era de esas personas que desean ver felices a los amigos. Entonces un día invitó a Ronny a su departamento para compartir una cena, pues Bruno era aficionado a la cocina. Primero llegó Ronny, luego llegó la novia de Bruno y, sorpresivamente, a la media hora llegó Nina, la que se veía más hermosa que nunca. En eso Bruno destapó una botella de champagne y, posteriormente, luego de una hora, les brindó a sus invitados una deliciosa sopa de un pescado que en Venezuela le llaman chipi-chipi.

Lo cierto del caso fue que el licor y la sopa se les subió a las cabezas y les produjo una alegría exagerada. Todo les parecía gracioso y se reían a carcajadas. Después Bruno y su novia se apartaron a una de las habitaciones.

Y de repente, Nina y Ronny se quedaron en silencio mirándose a los ojos. Entonces la chica se le echó encima al hombre, casi como si se lo fuera a comer, haciéndole caer bocarriba sobre el sofá.

Al año siguiente, a principios del verano, Ronny volvió a caminar por el parque. Pero esta vez iba junto a Nina, y cada uno de ellos llevaba en los brazos a uno de sus hijos gemelos. En eso Ronny volvió a ver al empleado del parque.

-Buenos días, señor.

-Hola, amigo -respondió el jardinero-. Las personas somos como las plantas: florecemos, pero también echamos frutos, al igual que el árbol de cerezo.

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_{Invitación: @genomil, @inspiracion, @aplausos}