CONTEST// “UNA IMAGEN, UNA HISTORIA”

in WORLD OF XPILAR2 years ago

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Ella no tenía un nombre, los nombres son utilizados para llamar a las personas, a ella nadie la llamaba, por lo tanto, no requería un nombre, era innecesario. Ella no sentía que le hiciese falta, su mente y su mundo estaba reducido a una habitación, no conocía nada más y no necesitaba conocer nada más.

Ella no conocía el miedo, ni la carencia, aun cuando vivía en un lugar tan sombrío, descuidado y húmedo, un lugar abandonado donde nadie se acercaría por voluntad propia, aun así, era su hogar, era su lugar seguro, por muy terrible que este fuese.

Había alguien, una voz, unos pasos que arrastraban los pies y un chirrido al abrirse la puerta, nunca vio su rostro, ella siempre bajaba la mirada porque sabía que era lo que tenía que hacer, no era por miedo, no, era condicionamiento, sabía qué hacer, como actuar cuando él aparecía.

La otra persona que existía en su pequeño mundo no le decía nada, no a ella, se hablaba a sí mismo, se enojaba consigo mismo y se reclamaba a sí mismo, nunca a ella. Ella no tenía la capacidad para entender el significado de todas las palabras que él decía y tampoco se preocupaba mucho por intentar entenderlo, mientras él siguiera trayendo mantas cálidas y comida fresca, no necesitaba nada más.

El proveía y ella simplemente existía, así de simple, sin un propósito, solo existiendo en un mundo rodeado de paredes desgastadas, hongos en las esquinas y humedad en el techo filtrada por la lluvia.

No había ningún problema, eso hasta que un día si lo hubo.

Él no volvió a ir.

Ella no entendía del tiempo, de días ni de horas, solo supo que la comida se agotó y el agua era escasa. Un día ya no había nada, su estómago dolía y su garganta estaba seca, por primera vez tuvo un sentimiento distinto, el miedo de no saber que estaba pasando, el pánico de simplemente desaparecer y la impotencia de no saber hacer nada.

Guiada por puro instinto se puso de pie, con piernas temblorosas y pies fríos se dirigió a la puerta que nunca había intentado abrir, porque sabía que no debía hacerlo, pero estaba hambrienta y tenía sensaciones nunca antes experimentadas. Aterrorizada colocó su mano en la perilla de la puerta y la giro, no estaba asegurada, el chirrido al abrirse fue uno conocido.

La puerta quedó abierta de par en par, ella se quedó congelada, sin moverse. Su mundo, que toda la vida fue reducido a un cuarto de repente se había expandido, habían unas escaleras, paredes más altas que las que conocía, una ventana la cual dejaba entrar la luz del exterior y otra puerta al otro extremo.

Eso la asustó. Más y más puertas, en su inocencia se imaginó que así era todo, salir por una puerta y entrar en otra, que era un bucle infinito, que no habría ningún cambio y su hambre y su sed nunca serian saciadas.

No se movió. Ahí se quedó, sin tener idea de que hacer. La luz que entraba de la ventana se fue opacando, cambió de tonalidad a una menos amarilla, casi rojo, luego la luz se perdió y todo quedo en oscuridad.

Aun así no se movió.

Sus piernas se acalambraron y dolieron, su espalda suplicaba recostarse en una superficie y el frio calaba en sus frágiles y delgados huesos. Pero ella no se sentó, sus rodillas no cedieron, el hambre persistió, la sed la estaba matando y aun así, no se movió.

No dio ningún paso, no se atrevió, no tuvo valor para hacerlo.

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Rodearon el perímetro, William estaba ansioso por entrar, era el único lugar donde podrían encontrar al asesino. Habían actuado lo más rápido que habían podido, con suerte habían pasado inadvertidos y lograrían capturarlo.

Todos estaban a la expectativa, armados y listos.

William llevaba la delantera, con su arma en su mano y la determinación en su rostro pateó con fuerza la puerta de entrada. La puerta se derrumbó, cayó al suelo levantando polvo y haciendo eco. Todos dirigieron sus linternas a la escena, William observó el reducido espacio y caminó, detrás de él tenía a los demás oficiales preparados para cualquier situación.

Con pasos tentadores y agazapado observó una puerta al final del corto pasillo, el primer instinto era abrirla, pero a la izquierda, justo en frente de esa puerta había una escalera.

“Estén atentos”. Susurró a sus compañeros, recibió varios asentimientos como respuesta.

Con paso firme se colocó de frente a la escalera y se detuvo abruptamente. Había una figura, justo al final de las escaleras, observándolo, una niña, delgada y frágil, con el cabello largo y enmarañado, con ojos vacíos y piel gris enfermiza.

Se dio la vuelta para ver si sus compañeros veían lo mismo que él, nadie había reaccionado de forma distinta, volvió a dirigir la mirada a la niña y no la vio.

Ya no estaba.

Sintió un escalofrío y subió cada escalón con cuidado, al final de la escalera había una puerta cerrada, giro la manilla y abrió la puerta de par en par. William se encontró con una habitación que daba mucho que desear. Casi vacía, un cubo en una esquina y unas mantas roídas y sucias en la otra.

Pero no había nadie, no había rastro de la niña que vio hace unos pocos minutos, quizás su mente jugo con él y se la imaginó. Era la única explicación. Ella no estaba.

“Señores… a trabajar”. Dijo con firmeza.

Invito a participar en esta publicación a @pelusa y @slon21veka

Gracias por la oportunidad .

Link del concurso: https://steemit.com/hive-185836/@franyeligonzalez/2s1ais-nuevo-concurso-una-imagen-una-historia

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Buenas tarde @tokiya, muy bueno tu relato, lástima que la niña desapareció.

Hola @tokiya, muchas gracias por tu entrada, una excelente historia. Muy interesante y con su toque de misterio!! :)

Un reto muy interesante, nos quedamos leyendo hasta el final queriendo saber el resultado. Muchísimo éxito @tokiya