Dedicarse tiempo y quererse: los autocuidadossteemCreated with Sketch.

in #mindfulness7 years ago

Cuando sentimos que queremos a alguien, nos gusta hacer cosas que le hagan sentir bien. Sin embargo, hay una persona por la que nos preocupamos menos de lo que deberíamos. Esa persona somos nosotros mismos. ¿Cuándo fue la última vez que hiciste algo por ti? ¿Algo solo porque te causaba placer? Seguramente que esta no es una costumbre que tengas muy arraigada pero que sería muy beneficiosa. Veamos lo importante que es quererse a uno mismo y dedicarse tiempo.

La persona más importante de tu vida

Cuando nacemos sentimos de una manera innata que somos importantes y que merecemos cuidados. Cualquier bebé sano hace saber a las personas que le cuidan cuáles son sus necesidades. Si no se le atiende con rapidez se hará notar por todos los medios que tenga a su alcance. Hasta que no sienta que sus necesidades son atendidas, el bebé no dejará de llorar ya que es la manera en la que puede comunicarse.

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Fuente: Pixabay/Ben_Kerckx

Para los adultos esta insistencia puede resultar agotadora en algunas ocasiones. No obstante, esta manera de demandar atención es una actitud positiva que no deberíamos de perder de vista a medida que vamos creciendo. Si todos viviéramos sabiendo cuáles son nuestras necesidades y las atendiéramos, este mundo sería muy diferente. Piensa en qué momento dejaste de considerarte la persona más importante de tu vida para ceder este puesto a otra u otras personas.

Quererse no es una costumbre

A medida que el bebé crece va teniendo que acomodarse a las exigencias que la vida en sociedad impone. Las normas educativas a las que se acogerá en casa o en la escuela irán moldeando el carácter del niño. Aquel niño que se ponía en primer lugar va cediendo su terreno para conseguir adaptarse y buscar aprobación y cariño.

Esto, a la larga, se convierte en una costumbre. Especialmente en el caso de las mujeres, las necesidades propias se van postergando y, en muchos casos, olvidando. Hay personas que saben mejor cuáles son las necesidades de sus seres queridos que las propias. Y es que nos hemos acostumbrado a olvidarnos de nosotros mismos y de lo que necesitamos.

Somos mendigos de amor

Una persona que no se quiere y no se atiende bien comenzará, antes o después, a experimentar carencias. Aunque creamos no tener necesidades, en un segundo plano esas necesidades existen pero no sabemos que están ahí. Es por ello por lo que, de manera inconsciente, exigimos que los demás nos “hagan felices”. Creemos que la felicidad debe de venir de afuera y esto es un error.

Si no satisfacemos nuestras necesidades nosotros mismos nos convertiremos en mendigos de amor. Vamos buscando relaciones que nos den aquello que nosotros no nos damos. Por eso, una y otra vez, sentimos que nuestras relaciones no funcionan. Si somos capaces de ponernos en primer lugar y cuidarnos como merecemos, nuestras relaciones mejorarán como por arte de magia.

Cuidarte no es un lujo, es una necesidad

Hasta ahora hemos hablado de atender necesidades básicas. Quizá estés pensando que ya lo haces pero, es muy posible, que no sea así. A veces, sin darnos cuenta hemos descuidado necesidades que en un principio eran básicas y que han pasado a tener categoría de lujo. ¿Es un lujo para ti dormir las horas necesarias? ¿Es un lujo para ti comer sentado de manera tranquila? Si has contestado de manera afirmativa, necesitas empezar a cuidarte y a tenerte en cuenta de manera urgente.

Pequeños gestos que te harán sentir muy bien

Quizá hayas perdido la costumbre de cuidarte y dedicarte tiempo. Cualquier momento es bueno para comenzar a incluir a tu persona entre aquellas a las que más quieres. Vamos a hacer un recorrido por ciertos hábitos que sería bueno que incluyeras en tu vida.

Un baño relajante

Aunque solo sea una vez a la semana, intenta regalarte un baño de espuma. Decora tu cuarto de baño con velas y esencias. Es un pequeño detalle para ti mismo que te hará sentir muy bien.

Tiempo para estar a solas

Es muy fácil que nuestro tiempo libre se reparta entre familiares y amigos olvidando la importancia de reservar un rato para estar a solas. Un paseo por la naturaleza o quizá un rato de meditación hacen que conectemos con nuestra esencia. El tiempo que pasemos a solas repercutirá positivamente en el tiempo que dediquemos a los demás.

Mereces un masaje

La vida diaria nos arrastra a toda velocidad contracturando nuestra musculatura. Intenta encontrar un hueco en tu agenda para recibir un buen masaje una vez al mes. Además del alivio físico el masaje te proporciona un gran placer emocional.

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Fuente: Pixabay/rhythmuswege

Regálate los mejores alimentos

Siendo la persona que más quieres seguro que estás de acuerdo conmigo en que mereces los mejores alimentos. Intenta eliminar la comida basura de tu dieta. Mereces los alimentos que mejor le hagan sentir a tu cuerpo. Una dieta basada en frutas, verduras, legumbres y cereales integrales es el mejor regalo que puedes hacerte.

Dormir lo suficiente

Es muy habitual que robemos tiempo a nuestras horas de descanso para dárselo a otras personas o actividades. Tu cuerpo necesita descansar unas horas determinadas para funcionar bien. Haz que respetar tus horas de descanso sea una prioridad. Tú te lo mereces.

Tiempo para no hacer nada

Nuestra cultura considera imprescindible que nuestro tiempo esté plagado de hacer y más hacer. Sin embargo, hay ciclos que respetar. De la misma manera que hacer cosas es importante también lo es el no hacerlas. Intenta encontrar pequeños espacios en tu día o en tu semana para no hacer nada. Cuando digo nada quiero decir exactamente eso: ¡No hacer nada! Puedes quedarte tumbado en la cama, en el sofá de tu casa, en la mesa después de comer o en un banco de un parque viendo como pasa la gente. Si eres capaz de permitirte este pequeño placer te vas a sentir estupendamente.

Con todas las obligaciones que el vivir nos impone, nos hemos olvidado de que la vida hay que disfrutarla. ¡No lo dejes para mañana, comienza ahora mismo!